Los jóvenes de JMV nutren su fe y ayudan a los demás en Lousada (Portugal)

por | Jul 25, 2022 | Juventud Mariana Vicenciana, Noticias | 0 Comentarios

Cátia Pinheiro nació el 5 de marzo de 1994, en la pedanía de San Miguel, municipio de Lousada, en el seno de una familia católica, donde se le inculcó la fe desde muy joven. Además, la familia siempre ha sido un pilar fundamental para ella, transmitiéndole valores y apoyándola.

En 2008, fue invitada a formar parte del grupo de Juventud Mariana Vicenciana (JMV) de Lousada, invitación que aceptó con gran expectación, ya que desde pequeña se había sentido cautivada por este grupo parroquial y por su carisma, plasmado en las actividades que realizaban.

Licenciada en enfermería, abrazó el espíritu de la misión, que la llevó a Mozambique con el proyecto «Renacer a la esperanza». Conoce mejor a esta joven y a Juventud Mariana Vicenciana.

Háblanos un poco de Juventud Mariana Vicenciana.

Juventud Mariana Vicenciana (JMV) es una asociación que tiene como objetivo el acompañar a los jóvenes cristianos en el crecimiento de su fe hasta la madurez cristiana. JMV es la misma asociación que los anteriormente conocidos como «Hijos e Hijas de María», cuyo origen se remonta a las apariciones de la Virgen María a Santa Catalina Labouré, en 1830. Fue aprobado por Pío IX en 1847 y confirmado posteriormente por otras disposiciones de la Santa Sede. Juventud Mariana Vicenciana está presente en muchos países del mundo, agrupando a jóvenes unidos por la misma mística mariana y el mismo compromiso apostólico según el carisma vicenciano.

Cualquier joven de 15 a 30 años, y los adultos involucrados en actividades de formación y animación, pueden unirse a JMV.

¿Cómo nació el grupo de JMV de San Miguel?

El grupo de JMV de Lousada, San Miguel, nació en 1984 y por él han pasado muchos jóvenes hasta hoy día. Hay muchas acciones del plan anual de actividades que promueven el servicio al prójimo en nuestra parroquia, como la visita a los enfermos y a los ancianos; acciones que promueven la formación de los jóvenes, a través de encuentros quincenales de formación; acciones de intercambio de experiencias y testimonios entre jóvenes de diferentes colectivos, a través de los encuentros regionales y nacionales de JMV, entre otras muchas actividades que nos permiten vivir y celebrar nuestra fe.

¿Cómo nació este espíritu de misión que te llevó hasta Mozambique?

Al crecer en la fe, también me di cuenta de que ella nos capacita para aceptar retos cada vez mayores, y este pequeño grupo me ha proporcionado la experiencia de todos los Encuentros Internacionales de la Familia Vicenciana y las Jornadas Mundiales de la Juventud, desde la celebrada en 2011 en Madrid. En estos encuentros se pudo experimentar la fuerza de la juventud, de los jóvenes «en salida» que aceptan la invitación del papa Francisco a «levantarse del sofá».

Además de esta trayectoria, y para mi realización personal, también he estado siempre muy comprometida con mi trayectoria académica y con cumplir el sueño de licenciarme en Enfermería. Este sueño se hizo realidad en julio de 2016. Cuando crecí, empecé a ver la enfermería como una misión, por una causa, por los demás, por amor. ¡La misma misión que me ha cautivado desde siempre y que vivo hoy!

El proyecto misionero «Renacer a la Esperanza» de JMV renació en septiembre de 2016, y este fue el momento adecuado para embarcarme y vivir el sueño que surgió tempranamente en mi trayectoria vital.

¿Sientes que hay muchas personas necesitadas?

Desde siempre sentí el impulso de salir al encuentro de estas personas, y así, contenta con el espíritu misionero que veía crecer en JMV, aproveché esta oportunidad de ir a la misión. Fue absolutamente asombroso comprobar la realidad de las historias que siempre había escuchado con gran curiosidad y entusiasmo, y sumergirme en los muchos sueños que estaba construyendo. Fueron seis meses, una vida llena de sentido en la que, por voluntad de Dios, el sueño se hizo realidad.

En la misión en Mozambique, y conociendo la realidad local, nos dimos cuenta desde el principio de que el comedor social sería una de las prioridades del proyecto. Actualmente y con 4 misioneros sobre el terreno, además de las comidas, los niños reciben apoyo escolar, higiene y algunos cuidados de salud.

El grupo de JMV de Lousada, San Miguel, quiere seguir viviendo esta fe al servicio de los pobres, más allá de las fronteras, ya que una de las mayores dificultades es reconocer a los pobres del siglo XXI, y saber cómo y con qué medios llegar a ellos.

¿Qué actividades habéis promovido y con qué objetivo?

Respondiendo al llamamiento del Papa Francisco en su mensaje para la Jornada Mundial de las Misiones 2019, «Quien ama, se pone en movimiento, se siente impulsado a salir de sí mismo», nuestro grupo desarrolla varias acciones en el ámbito de la caridad y la misión.

Celebramos en octubre, la Marcha Misionera, insertada en el programa municipal de caminatas del municipio de Lousada. Una caminata de 8 km por las calles de la parroquia de San Miguel, donde el importe recaudado de las 450 inscripciones revirtió a partes iguales en el proyecto misionero de JMV «Renacer a la Esperanza – Mozambique» y en la asociación Kastelo.

También en la Jornada Mundial de las Misiones, nuestro grupo ofreció a los ancianos y a algunos enfermos una tarde de convivencia, reencuentro y alegría en un encuentro celebrado en el salón parroquial de San Miguel.

Todas estas u otras muchas experiencias de misión me mostraron que ser de JMV es tener una vida llena de sentido, es saber que puedo hacer más completo el día de alguien, que puedo llevar algo de alegría donde falta y que lo poco que pueda hacer, para alguien lo es todo.

Fuente: https://olouzadense.pt/

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