“He visto al Señor”
Jer 3, 14-17; Jer 31; Jn 20, 1-2. 11-18.
En este día celebramos a María Magdalena, la mujer a la que Jesús perdonó mucho porque había amado mucho. El evangelio nos sitúa en la resurrección de Jesús. Magdalena sigue amando y pensando en Jesús, pues fue a verlo, pero su sorpresa fue grande porque no encontró su cuerpo en el sepulcro. Sale corriendo para avisarle a los apóstoles, Pedro y Juan van con ella al sepulcro y al verlo vacío empiezan a creer, pero se van a su casa. En cambio, María se queda en el sepulcro, quiere seguir buscando. Y es Jesús quien la encuentra y ella no lo reconoce, lo confunde con el jardinero. Magdalena le dice:“Señor, si tú te lo llevaste dime dónde lo has puesto y yo iré a buscarlo”. Su amor no se da por vencido, quiere encontrarlo y no descansará hasta lograrlo. Entonces Jesús pronuncia su nombre y ella lo reconoce; corre con los discípulos a darles la noticia:
“He visto al Señor”. No cabe en sí de gozo, esa es su Buena Noticia: “He visto al Señor”, el gran premio a su búsqueda.
Señor,que tu Espíritu de Amor, vivo en nuestro corazón, nos haga buscarte y encontrarte siempre.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Silvia Bermea Ordóñez HC.
María Magdalena, la apóstol de la Resurrección, el amor que siempre busca y encuentra. La primera de las mujeres de la aurora de nueva esperanza porque es posible vencer los miedos, la noche, el silencio impuesto y la exclusión. Nos aferramos al maestro y Señor que vive en nuestras andaduras de fe y caridad. Así somos las y los vicentinos siempre en busca del rostro del Señor en los pobres despojados y marginados, descartados y heridos.