“Te seguiré Señor, pero déjame primero despedirme de mi familia«
1 Re 19, 16. 19-21; Sal 15; Gal 5, 1. 13-18; Lc 9, 51-62.
Hay tres maravillosos mensajes en este pasaje que hemos leído hoy.
1. Jesús toma la firme resolución de continuar su camino a Jerusalén. Él mismo había dicho de esta ciudad: “Jerusalén que matas a los profetas, ¡cuántas veces he querido reunirte como lo hace la gallina con sus pequeños!”. Sabe que ahí encontrará la muerte, pero fiel a su misión, no rehúye para seguir otros caminos fáciles. ¡Qué bella lección la que nos ofrece! Como Él, estamos llamados a ser fieles.
2. “¿Quieres que mandemos que caiga fuego?” Los pensamientos torcidos de los humanos se manifiestan en esta propuesta que los discípulos le presentan a Jesús. Su respuesta es un no a la violencia como camino para solucionar los conflictos.
3. Jesús nos llama a seguirlo haciendo a un lado todos los “peros”, pretextos y excusas. Nos quiere libres de toda atadura o apego que nos impida hacer de nuestra vida algo parecido a la suya. Esta es la vocación de todos los bautizados: seguir a Jesús.
En resumen, el evangelio nos invita a vivir en fidelidad, asumir la mentalidad de Jesús y seguirlo sin ponerle condiciones.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Benjamín Romo Martín C.M.
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