Desde el 19 de marzo, a petición de la Prefectura y en colaboración con la Cruz Roja, la «Obra del Berceau de San Vicente de Paúl» [lugar de nacimiento de Vicente de Paúl en Francia] acoge a refugiados ucranianos desplazados por la guerra. Esta respuesta, que llega en la fiesta de San José, debe ser un guiño del Señor. San Vicente debe estar encantado con la llegada de estas personas a su ciudad natal.
La Cruz Roja se empleó a fondo para organizar, acoger y acompañar a estas familias. Los voluntarios se afanaron en preparar la acogida de los refugiados: limpieza, acondicionamiento de las habitaciones, supervisión de la zona de juegos, cocina… Uno de ellos nos dijo que es feliz haciendo lo que le apasiona. Otro dijo que ponerse al servicio de los demás le llena el corazón. En efecto, ¡los que están en situación de pobreza nos evangelizan!
Mientras esperábamos a estas familias, preparamos un lugar de oración con iconos y paños bordados al estilo ucraniano.
Llegó un primer grupo de unas cincuenta personas, entre ellas veinte niños. Unos días antes, una empresa nos había regalado una gran cantidad de chocolates. Fue una gran alegría para las familias encontrar estos chocolates cuando llegaron a sus habitaciones. Para nosotros era una señal de que la Providencia nos animaba a acogerlos.
Desde entonces ha llegado otro grupo. Actualmente acogemos a 84 personas, de las cuales 38 son niños. A pesar de la barrera lingüística, conseguimos entendernos y crear vínculos con estas familias. Hemos sido testigos de la gran oleada de generosidad que han provocado estas llegadas. Muchas personas se ofrecen a traernos donaciones (juegos para niños, ropa, productos de higiene, etc.) y se ofrecen como voluntarios. Contemplamos las sonrisas de los niños y las madres. «Dios sea bendito», diría San Vicente.
También se ha establecido una colaboración con el complejo escolar Vincent de Paul: los alumnos de la sección de peluquería ofrecerán cortes de pelo a las personas que lo deseen, los alumnos del internado vendrán a jugar con los jóvenes y los niños, algunos de los escolares traerán sus viejas bicicletas o sus patinetes. Algunos niños ucranianos serán acogidos en las clases.
Fuente: https://www.filles-de-la-charite.org/
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