«Se decidió que Pablo y Bernabé subieran a Jerusaién«
Hech 15, 1-2. 22-29; Sal 66; Ap 21, 10-14. 23; Jn 14, 23-29.
Algunos fariseos recién convertidos del judaismo al cristianismo querían convencer a los paganos convertidos que debían circuncidarse, como marcaba la antigua ley dada por Dios a Moisés. Ello ocasionó violentas discusiones con Pablo y Bernabé, por lo que decidieron ir a Jerusalén para discernirlo con las autoridades de la naciente Iglesia. Se acordaban de lo que Jesús les había dicho: que, en adelante el Espíritu Santo les enseñaría todas las cosas y les recordaría todo lo que Él les había dicho.
Nuestro mundo está lleno de sinsentido, de opiniones contrapuestas, de dudas, de una confusión en las relaciones humanas. Casualmente ayer hizo un año que la Secretaría de Estado del Vaticano lanzó el primer anuncio del próximo Sínodo Episcopal: “Por una Iglesia sinodal, participación, comunión y misión”, que ya comienza a ser la esperanza de un modo de nuevo de ser Iglesia.
Para aprender a escucharnos unos a otros y todos juntos escuchar al Espíritu Santo; para vivir con mayor coherencia y mejor testimonio del Evangelio; para un cambio de toda la Iglesia que, bajo la brisa suave del Espíritu, rejuvenece, se viste sus mejores vestidos, se transforma en Buena Noticia.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: María Luisa Fuentes Quesada HC
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