Todos sabemos que no querer escuchar cambió el mundo. Si no es así, coge tu Biblia y lee sobre Adán y Eva en Génesis 2-3.
Todos sabemos que escuchar a Dios hablando a través de Moisés cambió para siempre el mundo de los israelitas. Ellos también agradecieron a Dios por escuchar sus lamentos. Pero su mundo degeneró cuando dejaron de escuchar a Dios o cuando olvidaron que escuchar tenía consecuencias. Escuchar significaba cambiar su forma de pensar y actuar.
Esta reflexión sobre el camino de la «sinodalidad» examina cómo dos reconocidos líderes de orígenes muy diferentes cambiaron drásticamente su forma de pensar y actuar. Versa sobre sus conversiones paralelas a través de la escucha del espíritu y del otro. [Documento Preparatorio #22-25]
Dos líderes muy diferentes escuchan al Espíritu y al otro
Cornelio
Como centurión, era como un Ranger del ejército o un miewmbro de la Armada de hoy. También comandaba a 100 mercenarios altamente entrenados. También era una especie de sargento instructor que entrenaba a estas élites. Por esto, ganaba al menos 15 veces o más su salario. Y luego estaban los sobornos de los hombres que buscaban entrar o ascender.
También era una especie de excepción. Un buen hombre… «Él y toda su familia eran devotos y temerosos de Dios».
Pedro
Sabemos más sobre Pedro. Se le describe como un pescador rudo e impetuoso. No pretendía ser el líder de los apóstoles. Jesús reconoció su potencial de liderazgo. Por supuesto, también sabemos que huyó de la escena cuando Jesús fue juzgado.
También sabemos que, más tarde, Pedro se llevó una buena cantidad de críticas por comer con «impuros». Esto generó acusaciones de los tradicionalistas de su época. Él «temía las críticas de estas personas que insistían en la necesidad de la circuncisión». Como resultado, otros creyentes judíos siguieron la hipocresía de Pedro. Gálatas 2,13.
Lo que tenían en común
En visiones separadas, Dios dispuso que se encontraran. En ese encuentro, ambos escucharon… y cambiaron.
El Documento Preparatorio del Sínodo nos recuerda:
Cornelio comienza por compartir la experiencia que ha vivido. Pedro lo escucha y a continuación toma la palabra, comunicando a su vez lo que le ha sucedido y dando testimonio de la cercanía del Señor, que va al encuentro de cada persona para liberarla de aquello que la tiene prisionera del mal y la mortifica en su humanidad (cf. Hch 10,38).
Los Hechos de los Apóstoloes concretan:
Estaba Pedro diciendo estas cosas cuando el Espíritu Santo cayó sobre todos los que escuchaban la Palabra. Y los fieles circuncisos que habían venido con Pedro quedaron atónitos al ver que el don del Espíritu Santo había sido derramado también sobre los gentiles, pues les oían hablar en lenguas y glorificar a Dios. (Hch 10,44-46)
El Documento Preparatorio llama a esto
…es una verdadera y profunda conversión, un paso doloroso e inmensamente fecundo de abandono de las propias categorías culturales y religiosas: Pedro acepta comer junto con los paganos el alimento que siempre había considerado prohibido, reconociéndolo como instrumento de vida y de comunión con Dios y con los otros.
Elementos de reflexión
¿Es la escucha del Espíritu una cuestión de vencedores y vencidos o una llamada mutua a cambiar nuestras limitadas formas de pensar?
Publicado originalmente en Vincentian Mindwalk
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