En su mensaje de Navidad de 6 de enero, el presidente de la Conferencia Episcopal de Etiopía pide a los fieles que pidan a Dios el don del perdón y la paz en el país, donde la guerra civil ha entrado recientemente en su segundo año.
Por Lisa Zengarini
Mientras Etiopía sigue afrontando una guerra que provoca una grave crisis humanitaria, el cardenal Berhaneyesus Souraphiel, de Addis Abeba, ha instado a los etíopes a evitar el orgullo, la ira y el odio que obstaculizan la paz en el país.
En su Mensaje de Navidad, que las Iglesias orientales celebraron el 7 de enero, el jefe de la Iglesia católica etíope pidió a todos los fieles que eviten el mal y pidan a Dios «el don del perdón y de la paz» a través de la oración: «Perseveramos en la oración porque la paz y la felicidad se encuentran en la oración. Cuando lo hacemos, tememos a Dios y nos alejamos de todo mal. Todos somos una familia», dice.
Rezar por la paz
«Debemos evitar el espíritu de orgullo, el odio y la ira, que pueden romper las cadenas de la paz, rogando al Señor que nos conceda la paz, a pesar de que la paz está siendo violada y se está librando una guerra en nuestro país», continúa el mensaje.
Para superar el orgullo y el odio, el cardenal etíope subraya que son necesarias «la humildad, la mansedumbre y la paciencia»: «Sólo así podremos amarnos de verdad unos a otros. Así que volvamos a Él con todo nuestro corazón, para que podamos caminar juntos en el espíritu del perdón», escribe.
Apoyar a los que sufren
El mensaje hace además un llamamiento a los fieles de Etiopía para que «compartan el sufrimiento y el dolor de los que han soportado la guerra, de los traumatizados y de los que sufren una ruptura moral, de los desplazados y de los heridos, y de los que han perdido a sus padres y a sus familias».
El apoyo de los obispos
La Conferencia Episcopal de Etiopía (CBCE) anunció recientemente que recaudaría 2 millones de dólares, con la ayuda de los socios de la Iglesia, las instituciones católicas locales y los fieles católicos, para apoyar a las personas que sufren las consecuencias de la guerra. El anuncio se hizo en el mensaje final de su reciente Asamblea Plenaria, que se centró en el conflicto armado.
Más de 2 millones de desplazados
La guerra estalló el 4 de noviembre de 2020, tras un ataque contra bases militares federales por parte del Frente de Liberación del Pueblo de Tigray (TPLF). El primer ministro etíope, Abiy Ahmed, prometió una rápida victoria, pero los combates se han convertido en un conflicto generalizado en el que participan las milicias de base étnica, así como las fuerzas armadas eritreas. Más de dos millones de personas se han visto desplazadas como consecuencia de la guerra civil y se ha declarado oficialmente la hambruna en la región.
Fuente: Vatican News
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