“El Hijo del Hombre es Señor del sábado”
1 Sam 16, 1-13; Sal 88; Mc 2, 23-28.
En torno al sábado se desarrolló, en el pueblo judío, toda una serie de preceptos religiosos que prácticamente paralizaban la vida. No se podía hacer nada. Y así se tenía la garantía de dar culto a Dios. La idea de fondo que sustentaba esta forma de pensar y actuar es que lo “religioso” está antes que lo“humano”, hasta tal punto de justificar la violencia, si fuera necesario. Como sabemos, esta argumentación justificó atrocidades cometidas en el pasado, en nombre de Dios y de la religión. Se ha avanzado mucho en esto, pero todavía existen grupos fanáticos que justifican ataques contra los divorciados, madres solteras, homosexuales, mujeres que abortan… Y lo peor de todo ello es que, quienes tienen esa mentalidad, conceden más importancia a estas observancias religiosas que, por ejemplo, el respeto a las personas, la libertad y la tolerancia, la humildad y el amor al prójimo.
Jesús no está de acuerdo con esta mentalidad que antepone la religión a las necesidades humanas. “El sábado se hizo para el hombre, y no el hombre para el sábado”. En otras palabras, la religión se hizo para potenciar la vida, para que todo hombre y toda mujer se sientan más valorados, estimados y amados. La religión no puede tener otra finalidad.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Francisco Javier Álvarez Munguía C.M.
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