«¿Qué estás escuchando?»

por | Dic 5, 2021 | Formación, John Freund, Reflexiones | 0 comentarios

Hay una estrategia en los informativos. Un presentador intenta engancharnos con un introduccion llamativa. Luego se dirige a un colega: «Estás en vivo. Cuéntanos lo que estás escuchando». Los reporteros más eficaces destacan el impacto en la vida y las preocupaciones del espectador.

El papa Francisco parece hacer lo mismo instintivamente.

Mensaje del Papa Francisco para la Jornada Mundial de las Misiones.

Su titular es «No podemos dejar de hablar de lo que hemos visto y oído» (Hch 4,20)

Primero, nos recuerda las líneas generales de la historia del Dios que literalmente se hizo uno de nosotros.

«La historia de la evangelización comienza con una búsqueda apasionada del Señor que llama y quiere entablar con cada persona, allí donde se encuentra, un diálogo de amistad (cf. Jn 15,12-17)»

El papa Francisco presenta la escena en la que se desarrolló la historia

«Los apóstoles son los primeros en dar cuenta de eso, hasta recuerdan el día y la hora en que fueron encontrados: «Era alrededor de las cuatro de la tarde» (Jn 1,39). La amistad con el Señor, verlo curar a los enfermos, comer con los pecadores, alimentar a los hambrientos, acercarse a los excluidos, tocar a los impuros, identificarse con los necesitados, invitar a las bienaventuranzas, enseñar de una manera nueva y llena de autoridad, deja una huella imborrable».

A continuación, Francisco avanza rápidamente hacia la historia tal y como se desarrolló en los años posteriores a la vida, muerte, resurrección y entrega del espíritu de Jesús.

«…los tiempos no eran fáciles; los primeros cristianos comenzaron su vida de fe en un ambiente hostil y complicado. Historias de postergaciones y encierros se cruzaban con resistencias internas y externas que parecían contradecir y hasta negar lo que habían visto y oído.

Pero eso, lejos de ser una dificultad u obstáculo que los llevara a replegarse o ensimismarse, los impulsó a transformar todos los inconvenientes, contradicciones y dificultades en una oportunidad para la misión.

El libro de los Hechos de los Apóstoles nos enseña a vivir las pruebas abrazándonos a Cristo, para madurar la «convicción de que Dios puede actuar en cualquier circunstancia, también en medio de aparentes fracasos» y la certeza de que «quien se ofrece y entrega a Dios por amor seguramente será fecundo» (Exhort. ap. Evangelii gaudium, 279).»

Nuestros tiempos tampoco son fáciles

Nos enfrentamos a pandemias y a la polarización, a la incomprensión, a la hostilidad y a la persecución.

Pero…

“ Los cristianos no podemos reservar al Señor para nosotros mismos».

«El lema de la Jornada Mundial de las Misiones de este año, «No podemos dejar de hablar de lo que hemos visto y oído» (Hch 4,20), es una invitación a cada uno de nosotros a ‘hacernos cargo’ y dar a conocer aquello que tenemos en el corazón».

«Nuestra vida de fe se debilita, pierde profecía y capacidad de asombro y gratitud en el aislamiento personal o encerrándose en pequeños grupos; por su propia dinámica exige una creciente apertura capaz de llegar y abrazar a todos».

«Hoy, Jesús necesita corazones que sean capaces de vivir su vocación como una verdadera historia de amor, que les haga salir a las periferias del mundo y convertirse en mensajeros e instrumentos de compasión. Y es un llamado que Él nos hace a todos, aunque no de la misma manera. Recordemos que hay periferias que están cerca de nosotros, en el centro de una ciudad, o en la propia familia».

También hay un aspecto de la apertura universal del amor que no es geográfico sino existencial. Siempre, pero especialmente en estos tiempos de pandemia es importante ampliar la capacidad cotidiana de ensanchar nuestros círculos, de llegar a aquellos que espontáneamente no los sentiríamos parte de “mi mundo de intereses”, aunque estén cerca nuestro (cf. Carta enc. Fratelli tutti, 97). Vivir la misión es aventurarse a desarrollar los mismos sentimientos de Cristo Jesús y creer con Él que quien está a mi lado es también mi hermano y mi hermana. Que su amor de compasión despierte también nuestro corazón y nos vuelva a todos discípulos misioneros.

“Today too Jesus needs hearts capable of experiencing vocation as a true love story that urges them to go forth to the peripheries of our world as messengers and agents of compassion.  He addresses this call to everyone, and in different ways. We can think of the peripheries all around us, in the heart of our cities or our own families.»

«Es importante ampliar la capacidad cotidiana de ensanchar nuestros círculos, de llegar a aquellos que espontáneamente no los sentiríamos parte de “mi mundo de intereses”, aunque estén cerca nuestro (cf. Carta enc. Fratelli tutti, 97).»

«Vivir la misión es aventurarse a desarrollar los mismos sentimientos de Cristo Jesús y creer con Él que quien está a mi lado es también mi hermano y mi hermana«.

¿Recordamos

  • «nuestros encuentros» con el Jesús que revela el amor de Dios?
  • «nuestra misión» en las periferias de nuestras ciudades y familias?

Publicado originalmente en Vincentian Mindwalk

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