“Jesús se compadecía de ellos”
Is 30, 19-21. 23-26; Sal 146; Mt 9, 35-38; 10, 1. 6-8.
Para el común de los católicos está muy arraigado el considerar que anunciar la Buena Noticia es solamente cuestión de transmitir una doctrina o predicar discursos. También se cree que es asunto de enseñar y memorizar fórmulas dogmáticas que muchas veces no entendemos.
Sin embargo, el Evangelio, leído con tranquilidad y con mirada profunda, hace caer en la cuenta que, para Jesús, el anun- cio de la Buena Noticia equivale a devolverle la vida digna a la gente, en especial a los más pobres y a los que son víctimas del sistema de poder vigente entonces. La
Buena Noticia del Reino, recuerda el Evangelio, consiste en sanar toda clase de enfermedades y dolencias.
Jesús indica a sus seguidores que el anuncio de la Palabra de salvación ha de manifestarse en actitudes concretas: sanar enfermos, resucitar muertos, limpiar a los leprosos y expulsar demonios. La gratuidad será la norma, la medida, la realidad que lo rija todo: “Gratuitamente lo han recibido, gratuitamente deben darlo”.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Seminaristas del Seminario Vicentino de Tlalpan, Ciudad de México
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