El 11 de septiembre de 2021 el P. Tomaz Mavric, presidente del Comité Ejecutivo de la Familia Vicenciana, y Superior General de la Congregación de la Misión y de la Compañía de las Hijas de la Caridad, recibió del alcalde de Casagiove, Ing. Giuseppe Vozza, la ciudadanía de honor con la entrega de las llaves de la ciudad como signo de “profunda gratitud por su visita pastoral y por su mensaje de caridad tras las huellas de Vicente de Paul, fuerte energía para perseguir el bien común y la afirmación de los principios de justicia y legalidad contra toda forma de discriminación”.
Este fue el motivo de la concesión de la distinción, que fue leída durante una emotiva ceremonia por Michela Perrotta, la joven Presidente del Consejo Municipal, en una reunión extraordinaria en el hermoso marco del patio restaurado del Barrio Borbón.
A continuación, se dedicó la antigua plaza de Correos a San Vicente de Paúl y el encuentro del Padre Tomaz con los ciudadanos en la parroquia de San Miguel Arcángel.
Con su humildad, sencillez y ternura, que hacen de él un testimonio convincente del carisma y la espiritualidad vicentinos, el Superior General supo tocar el corazón de los fieles y de los numerosos voluntarios, reunidos por el volcánico P. Stefano Giaquinto en una única red de solidaridad con las mejores energías de la zona (ciudadanos de a pie, organismos, instituciones, asociaciones).
Es sin duda esta capacidad de inserción y de convocatoria la que ha llevado al nacimiento de los Cantiere della carità, con la proliferación de iniciativas de apoyo a los pobres en nombre de la justicia y la solidaridad (el Oratorio Maremoto, la Casa de Emaús, la Posada de la Madre Teresa de Calcuta, la “Casa de’ Paoli”, el Observatorio de la Pobreza “Mario Diana”, el Centro “Il Nazareno”, el Club Extraescolar, los “Jinetes de la Solidaridad” “Alas de los Ángeles”). ).
Durante la solemne celebración eucarística del domingo, el Padre Tomaz insistió también en la necesidad de “trabajar en red” y de implicar cada vez más a los jóvenes en la construcción de una sociedad más justa y acogedora, en la que se reconozca a los pobres, que son los últimos e invisibles, la misma dignidad y derechos.
“Compartir los sueños para hacerlos realidad”, este fue el fuerte mensaje que surgió del encuentro de dos días, un mensaje que se resume en el lema “Contra la pobreza, actuando juntos” de la AIC, a la que pertenecen los Grupos de Voluntariado y toda la Familia Vicentina.
La visita pastoral del P. Tomaz fue la última de una larga serie de reconocimientos del fuerte vínculo existente entre la región de Campania y San Vicente de Paúl, un vínculo que se remonta a casi dos siglos atrás con la llegada de los misioneros vicentinos a la Terra di Lavoro, seguidos por las Hijas de la Caridad y las Voluntarias Vicentinas, más conocidas como las Damas de la Caridad.
Desde entonces la Familia Vicentina lleva a cabo su incansable labor de caridad para atender las necesidades espirituales y materiales de un pueblo originariamente campesino, de religiosidad sencilla y natural, trabajador y acogedor, ligado a las tradiciones pero proyectado hacia el futuro, que ha encontrado en San Vicente consuelo y ayuda en los numerosos acontecimientos dramáticos que ha afrontado.
Pero, ¿por qué los Casagiovesi recurren al santo nativo de Pouy, un pueblo agrícola del sur de Francia, que fue el primero en mirar a los pobres con ojos y corazón nuevos allá por el siglo XVII?
“No había necesidad de sellos o decretos para sancionar la ciudadanía de Vincenzo de’Paoli”, dijo el Consejero de Cultura Carlo Comes. – Se convirtió en ciudadano de forma natural, simplemente por los sentimientos compartidos, porque ya era uno de los nuestros.
El Santo, copatrón de Casagiove junto con San Miguel Arcángel, es honrado cada año el 19 de julio con una gran fiesta popular con la participación sentida de toda la comunidad, que conserva como un bien precioso el mensaje vicentino y el compromiso con la solidaridad, la justicia, la paz y la fraternidad universal.
Para profundizar en sus múltiples aspectos y verificar su actualidad, el P. Stefano, junto con los Misioneros Vicentinos, ha iniciado el Año Vicentino Extraordinario (2021/2022), “De las des-misiones a la misión”. Stefano y los Misioneros Vicentinos han lanzado el Año Vicentino Extraordinario (2021/2022), “De la des-misión a la misión”, con un completo programa de formación espiritual, celebraciones y jornadas eucarísticas para toda la comunidad (empresas, voluntariado, política, escuelas, familias, adolescentes y jóvenes).
Será, sin embargo, el compromiso caritativo constante de cada persona el testimonio más fiel de lo mucho que el “vecchierello” está presente en el corazón de cada Casagiovese.
Lidia De Lu
Fuente: https://cmglobal.org/
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