“Estar siempre despiertos y atentos”
Dn 7, 15-27; Dn 3; Lc 21, 34-36.
A veces creemos que el Reino de Dios es algo muy lejano y, por tanto, descuidamos nuestra fidelidad al evangelio, al proyecto de Jesús. Nos relajamos demasiado, sin darle importancia. Frente a esto, Jesús recomienda en este evangelio estar siempre atentos y vivir en coherencia, como verdaderos cristianos, sin caer en vicios ni en actitudes que desdigan nuestra condición. No lo hace para que tengamos miedo o para inculcarnos una fe movida por el temor, sino para que tomemos conciencia de lo importante que es vivir radicalmente nuestro ser de cristianos, para invitarnos a ser siempre y en todo momento personas que encarnen los valores evangélicos, siendo así reflejo del Reino.
También nos recuerda algunas actitudes a tener en cuenta, como estar siempre atentos y llevar una vida de oración continua e incesante para poder estar en íntima relación con nuestro Dios y esperarlo con un corazón abierto y siempre dispuesto a acogerlo y escucharlo de verdad.
Con la Familia Vicentina nos encomendamos a la Virgen Milagrosa en su fiesta. Oh María, sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Seminaristas del Seminario Vicentino de Tlalpan, Ciudad de México
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