En la mañana del lunes, 8 de noviembre, se inauguró oficialmente el Capítulo General de los Hermanos CMM (Hermanos de Nuestra Señora Madre de Misericordia) con una Celebración Eucarística, presidida por el padre Marijn van de Laar.
En el capítulo general están presentes 23 hermanos y un miembro asociado, provenientes de 4 continentes. Lamentablemente, 4 hermanos no pudieron cumplir a tiempo con los requisitos de visado y vacunas covid; no pudieron viajar a Holanda a tiempo. La Covid-19 dicta la configuración hasta cierto punto: la misa de apertura se celebró sin que todos los hermanos cantaran; los hermanos mantienen la mayor distancia posible; llevan mascarillas protectoras y se hacen pruebas regularmente. No obstante, el capítulo general comenzó en un ambiente festivo y de hermandad.
El primer día, los capitulares empezaron centrándose en la identidad de los hermanos y en el elemento de la Misión en sus vidas. El segundo y tercer día se dedicaron a trabajar en la elaboración de una Declaración de Misión.
En su discurso de apertura, el hermano Lawrence hizo una retrospectiva del pasado período del consejo superior. Mencionó los nombres de los hermanos que habían fallecido durante este periodo. «Estamos agradecidos por su ejemplo de hermandad y servicio y recordaremos sus nombres con sentimientos cálidos y respeto». También mencionó los temas especiales que surgieron en los últimos años: el Año de la Vida Consagrada (2014-2015), el Año de la Misericordia (2016), la celebración de los 400 años de carisma vicenciano (2017), el centenario del Hermano Andreas (2017) y el 175 aniversario de la Congregación (2018-2019).
Terminó su discurso de apertura con una breve reflexión sobre el lema del Capítulo, Llamados a ser hermanos misericordiosos, valientes y alegres en el mundo de hoy. En ella dijo, entre otras cosas:
Estamos llamados a ser hermanos misericordiosos. Recibimos nuestra vocación; es Dios quien nos invita a ser hermanos misericordiosos. No nos convertimos en hermanos misericordiosos por nuestros propios méritos, ni siquiera porque lo decidamos. Nuestra vocación no es un logro personal, es una invitación que recibimos de y a través de otros.
El objetivo del Capítulo es refrescar juntos nuestra visión sobre nuestra misión, no sólo mirando el pasado y el presente, sino también reflexionando juntos sobre los signos de los tiempos y las necesidades del mundo, el mundo de hoy y de mañana.
«La Congregación tiene una misión que cumplir en el mundo actual», subrayó el Hermano Lawrence. Por eso, cuando los capitulares reflexionen sobre la política y la misión, tendrán que mirar hacia fuera, hacia el mundo de hoy y sus necesidades, y hacia el mundo de mañana. «Que los debates del Capítulo General reflejen una apertura al mundo y una apertura al futuro».
Fuente: https://www.cmmbrothers.org/
Imágenes: Nelleke Verstijnen
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