“Dichosos los que temen al Señor”
Rom 13, 8-10; Sal 111; Lc 14, 25-33.
“Quien no cargue con su cruz no puede venir detrás de mí”. Debemos tener cuidado de no entender la cruz, como una vida llena de sufrimientos y humillaciones, pues para Jesús la cruz representa un estilo de vida, pero una vida que nos lleva a reconocer la dignidad personal, la de otras personas e incluso la dignidad de la comunidad.
Cuántas veces nos encontra- mos con personas que piensan que soportar a un esposo violento o con adicciones, es la cruz que Dios les dio. Esas personas no han entendido que Dios no nos pide vivir cargados de agresiones, injusticias y sufrimientos causados por los excesos de otros; por el contrario, Dios nos pide entregar nuestra vida por causas justas, y si por estas causas somos ignorados, humillados o incluso llevados a la muerte, entonces estaremos cargando la verdadera cruz, esa que Cristo nos pide cargar.
Que a ejemplo de San Martín de Porres aprendamos a tomar la verdadera cruz de Cristo, llenos de humildad, sencillez y amor hacía Dios y hacía los demás.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Seminaristas del Seminario Vicentino de Tlalpan, Ciudad de México
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