“El Señor ha estado grande con nosotros”
Rom 8, 18-25 Sal 125; Lc 13, 18-21.
En el Evangelio se nos proponen dos parábolas sobre el Reino, que es comparado con una semilla de mostaza y con la levadura que fermenta la masa.
Jesús en estas parábolas nos da un mensaje de confianza. El Reino es una realidad y el tiempo presente es decisivo. El Reino de Dios está en el mundo, en nosotros, creciendo y desarrollándose. Ignoramos quién la ha sembrado pero la semilla está depositada y crece, aunque no nos demos cuenta.
Nuestro testimonio de vida cristiana coherente puede ser, a nuestros propios ojos, insignificante, pero este testimonio de fe es valioso, aunque a nosotros nos parezca tan humilde y tan pequeño.
Y esto es una razón para llenarnos de esperanza en el futuro y de entusiasmo y compromiso para el presente y en todo momento, elevar nuestra acción de gracias al Señor por tanto bien que ha hecho en nosotros y por medio de nosotros.
El Reino de Dios se construye día a día y ofrece en esta tierra frutos de conversión, de purificación, de amor y de consuelo.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Guillermina Vergara Macip, AIC México
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