“Ánimo, Ánimo, Ánimo”
Ag 1, 15-2, 9; Sal 42; Lc 9, 18-22.
El profeta Ageo presta su voz al Señor para manifestar su voluntad en medio del pueblo, al cual le pide que se ponga en marcha: “Manos a la obra, que yo estoy con ustedes”.
Esta lectura nos vuelve a recordar que Dios ha hecho una promesa a su pueblo: va a destruir lo antiguo, lo viejo y va a inaugurar un tiempo nuevo, representado en un nuevo templo, mucho más grande y bello que el anterior.
Nosotros sabemos que ese nuevo templo será Jesús, cabeza y piedra angular de la Iglesia. Pero además sabemos que cada uno de nosotros, como miembros de la Iglesia, somos ese templo en el que habita Dios enriqueciendo y santificando nuestra propia vida. Este es el templo que Dios quiere enriquecer, y para esto nos anima: “¡Ánimo, Zorobabel! ¡Ánimo, Josué! ¡Ánimo, pueblo entero! –oráculo del Señor–”.
Pidamos al Señor nos enriquezca con su Palabra y nos mantengamos en una actitud activa. El Señor nos ha dicho: “Yo estoy con ustedes”, y si Él está con nosotros, nada nos puede vencer.
Nuestra Señora de la Merced, ruega por nosotros.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: César Lara Rincón C.M
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