«A vino nuevo, odres nuevos»
Col 1, 15-20; Sal 99; Lc 5, 33-39.
Nada de remendar viejas túnicas con telas nuevas. Acostumbrados como estaban sus contemporáneos, a darle más importancia a las apariencias, Jesús resulta novedoso y hasta escandaloso queriendo cambiarlo todo, rompiendo todo tipo de moldes y renovando leyes y corazones.
Nuestro corazón es un odre en el que debemos recoger el vino de la gracia, de la alegría de ser hijos de Dios. Esto ha de ser nuestro júbilo en todo instante y en todo lugar. Debemos hacer notar que hemos sido salvados por Cristo.
Jesús, para escándalo de las autoridades de su tiempo que daban seguimiento cabal a la Ley, será muy crítico frente a esa visión legalista, porque él viene a traer una nueva propuesta de vida, un vino nuevo del cual somos herederos. Confiados en Jesucristo, debemos salir al encuentro de los hermanos, sin miedo, convocando a todos a beber de ese vino nuevo y a vestir las nuevas túnicas que el mismo Jesús nos regala.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: César Lara Rincón C.M
0 comentarios