“Que el mayor de entre ustedes sea su servidor”
Rut 2, 1-3. 8-11; 4, 13-17; Sal 127; Mt 23, 1-12.
El evangelio nos propone la necesidad de unificar nuestro pensar, nuestro decir y nuestro actuar, y que en nuestro actuar se alcance a reflejar la actitud que queremos comunicar de nuestro Padre Dios y de nuestro maestro y guía, Jesucristo el Señor.
Jesucristo no se cansaba de insistir: “Todo lo que les comunico lo he recibido de mi Padre Dios, mi manera de amarlos es la manera en que me siento amado por Él; mi manera de perdonarlos es como experimento que Él nos perdona; mi manera de acompañarlos y tratarlos es como he reconocido que Él me acompaña y me trata. Si estoy dispuesto a llegar hasta las últimas consecuencias en mi amor por ustedes, es porque estoy seguro que eso hace el Padre Dios por mí”.
Jesús no buscaba quedar bien con nadie, tan sólo quería compartir con los demás lo que el Padre hacía cada día y cada momento por él.
Señor, que mi relación contigo se haga cada vez más sincera y profunda, para que no trate de quedar bien con nadie al llamarle “padre”,“maestro”, o “guía”, sino más bien, sea capaz de reconocer tu paso a través de su apoyo y colaboración. Amén.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Erick Fernando Martínez Benavides, CM.
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