Que nosotros también seamos pan que nutre
Ex 16, 2-4. 12-15; Sal 77; Ef 4, 17.20-24; Jn 6, 24-35.
El evangelio de Juan nos ha presentado hoy la continuación al relato de la multiplicación de los panes, una vez que Jesús se ha llevado a los discípulos aparte del aplauso y del reconocimiento. Sin embargo, la gente se embarca y va a buscar a Jesús a Cafarnaúm, pues les ha dado de comer hasta saciarse; tal vez lo vuelva a hacer.
Jesús, el Señor, nos pide revisar nuestras expectativas: ¿para qué me buscan? ¿Solo para satisfacer las necesidades más básicas e inmediatas, desde una mirada superficial y olvidarnos de Él? ¿O para poder observar, con una mirada profunda, su presencia constante nutriendo de sentido cada uno de nuestros encuentros e incluso hasta los desencuentros de cada día?
¿Qué tipo de señales o de obras le estamos pidiendo a Dios poder ver?
¡Señor, danos siempre de ese pan, que es tu forma de vivir tan profunda y sencilla, tan noble y sensible! ¡Danos tu forma de amar a los demás como el Padre te ha amado! Y así, nosotros también seremos pan que nutre a los demás, para que nadie tenga hambre y nadie pase sed. Amén.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Erick Fernando Martínez Benavides, CM.
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