Cuando el proyecto de alfabetización “Tsiry” (“semilla” en malgache) comenzó en otoño de 2010 con la formación de profesores, nadie tenía idea del éxito y la sostenibilidad del programa a largo plazo. Desde 2011 hasta la fecha, han participado 5509 adultos en 11 centros y 2180 niños, entre ellos 1283 niñas en 7 centros.
La pandemia provocó algunas interrupciones en las clases, pero la mayoría se completaron. Se entregaron mascarillas a adultos y niños y se enseñó higiene a profesores y alumnos.
Clases para niños
Las clases de los niños terminan con el examen CEPE (Certificado de Educación Primaria Elemental). Los profesores están orgullosos de que los niños del programa Tsiry tengan una tasa de éxito del 69%, que es mejor que la de los alumnos de las escuelas públicas. Este resultado es aún más impresionante si se tienen en cuenta las interrupciones debidas a la pandemia y el hecho de que los niños proceden de familias muy pobres – a menudo sus padres no saben leer ni escribir.
Los niños reciben una comida caliente al día de los comedores escolares, incluso cuando las clases se interrumpieron debido a la pandemia. Las madres preparan las comidas.
Cursos para adultos
Al principio de la pandemia, los cursos de adultos también tuvieron que ser suspendidos, pero se reanudaron unos meses después en virtud de las normas de distancia dictadas por las autoridades locales. Los participantes recibieron formación en técnicas de barrera. 556 participantes han completado el programa y se han graduado desde el comienzo de la pandemia: ¡un gran éxito!
Actividades económicas
Al final de su formación, los participantes eligen casi siempre actividades generadoras de ingresos que ya conocen, como el alquiler de campos de arroz, que cultivan ellos mismos hasta la comercialización de la cosecha, o proyectos de microcréditos en los que los beneficios se prestan a los socios y se devuelven en la siguiente cosecha.
Este aspecto del proyecto es extremadamente importante porque la crisis económica provocada por la crisis sanitaria afecta especialmente a los más necesitados. Madagascar tiene una de las tasas de pobreza más altas del mundo y va en aumento.
Formación, intercambio y evaluación
Cada año, los profesores y el comité diocesano se reúnen en Manakara para intercambiar experiencias. También es un momento de revisión, para ver qué se puede mejorar, qué problemas hay que resolver y discutir los resultados de los diferentes sitios. Y por último, es una oportunidad para formar a nuevos profesores. En general, la calidad de la enseñanza mejora año tras año.
El proyecto Tsiry continuará el año que viene y los siguientes, ya que la demanda del programa es alta porque la gente ve que saber leer y escribir transforma su vida.
¡Muchas gracias a nuestros donantes! Esperamos que sigan apoyando este hermoso proyecto que da esperanza y nuevas perspectivas a tantas personas en situaciones difíciles.
Más información sobre el proyecto Tsiry
Fuente: http://www.aic-international.org/
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