Ficción o Realidad (segunda parte)

por | Abr 15, 2021 | Confraternidades, Formación, Reflexiones | 0 comentarios

En mi primer artículo sobre este tema, compartimos si es ficción o realidad el hecho de que muchos hermanos y hermanas se nos están yendo de las filas de la Iglesia a otras denominaciones cristianas o hasta otras religiones y para ello, nos adentramos al Documento Conclusivo de Aparecida, acompañados de la Palabra de Dios.

En aquel artículo profundizamos en algunas razones, según nuestros obispos latinoamericanos, del por qué muchos de estos hermanos y hermanas se nos fueron y te recuerdo algunas: no se van por razones doctrinales, sino vivenciales; no se van por motivos estrictamente dogmáticos, sino pastorales; no se van por problemas teológicos, sino metodológicos.

Tal como prometí en mi artículo anterior, les voy a compartir lo que nuestros obispos nos piden que hagamos antes esta deprimente realidad eclesial que no tiene nada de ficción.

Antes de ir a Aparecida para escuchar a los obispos, te invito a adentrarnos en la Ciudad de la Biblia en la Iglesia Primera o la Iglesia Naciente visitando el libro de Hch. 2,42: “Acudían asiduamente a la enseñanza de los apóstoles, a la comunión, a la fracción del pan y a las oraciones”.

Vamos a escudriñar lo que nos escribe Lucas en esta cita bíblica:

Acudían asiduamente a la enseñanza de los apóstoles

Es fascinante imaginar esta experiencia de estar sentado escuchando a los Doce compartiendo sus vivencias al lado del Maestro de Nazareth en el mar, en las montañas, en los banquetes, viendo sus milagros y escuchando sus enseñanzas. ¡Claro que acudían asiduamente! Y la razón es obvia, estaban delante de testigos convencidos y convincentes de que Jesús es Señor, Salvador y Mesías. ¡Cuánta necesidad tenemos hoy en la Iglesia y en el mundo de testigos así! Sí mi hermano y hermana, hoy necesitamos testigos más que teólogos, biblistas, canonistas, etc. Cuando en nuestros movimientos haya testigos enseñando, tendremos asiduidad en las formaciones de nuestros laicos y no existirá la apatía y pereza por parte de ellos.

Acudían asiduamente a la comunión

En este tiempo que estamos viviendo, es imperativo tener comunión entre nosotros que formamos parte del cuerpo místico de Jesús que es la Iglesia. Para comprender la comunión en este pasaje, es necesario conocer el origen de esta palabra desde el hebreo Sod que significa amistad o conocimiento íntimo; y el griego Koinonía que significa tener en común, participación, compañerismo. La Palabra de Dios en este tiempo de pascua, nos está invitando a salir de nuestras cuatro paredes e ir al encuentro de los hermanos a través de la comunión, en medio del distanciamiento tenemos que ir acercándonos poco a poco y sobre todo a aquellos que están marginados dentro y fuera de la Iglesia, siempre cumpliendo con todas las normas de bioseguridad que se nos pide día a día.

Acudían asiduamente a la fracción del pan y a las oraciones

Hoy hay muchas prohibiciones que nos impiden congregarnos de forma masiva, pero lastimosamente no tenemos miedo de ir a la playa, al mall, al supermercado, a nuestros trabajos, pero para ir al templo nos ponemos auto prohibiciones ilógicas. Los hermanos de la Iglesia naciente no dejaban de frecuentar los sacramentos, o sea la fracción del pan o eucaristía acompañada de las oraciones. 

Quiero aclarar que esta experiencia que nos comenta Lucas, es consecuencia de la predicación kerigmática de Pedro el día de Pentecostés, predicación que ha perdido fuerza, por no decir que ha desaparecido dentro de la Iglesia y retomada por los hermanos de las otras denominaciones cristianas.

Ahora sí, vamos a Aparecida Brasil y leamos lo que nos dicen los obispos para impedir que se sigan yendo más hermanos y hermanas de nuestra Iglesia.

Los obispos nos invitan a reforzar solo cuatro ejes, o sea que haciendo esto las cosas cambiarán:

a) La experiencia religiosa

En nuestra Iglesia debemos ofrecer a todos nuestros fieles un “encuentro personal con Jesucristo”, una experiencia religiosa profunda e intensa, un anuncio kerigmático.

Me gozo al leer esto mis queridos hermanos y hermanas, pero sería poderoso que este anuncio kerigmático siempre sea el inicio de toda misión, de toda catequesis, de todo retiro, de toda convivencia. Lastimosamente este anuncio se ha diluido con tradiciones, devociones, revelaciones privadas, muchas veces hasta anti evangélicas. Primero es lo Primero, Jesús y después solo después viene lo demás; primero es el Kerigma que es el anuncio de Jesús muerto, resucitado y glorificado y después la Catequesis que es la enseñanza progresiva de la fe. Con el Kerigma se nace y con la Catequesis se crece; así que este primer eje tenemos y debemos reforzarlo en todos nuestros ambientes pastorales. Esto es Pentecostés, el primer anuncio kerigmático en el Nuevo Testamento por parte de los apóstoles.

 b) La Vivencia Comunitaria: nuestros fieles buscan comunidades cristianas, en donde sean acogidos fraternalmente y se sientan valorados, visibles y eclesialmente incluidos.

Muchos se fueron porque simplemente fueron rechazados por su pasado o por su presente; hermanos con muchos carismas que sufrieron la marginación por la jerarquía, por sus hermanos de pastoral y se fueron heridos y ya es hora de buscarlos y traerlos a la Iglesia, como dice el Papa Francisco, que debe ser un hospital y no un museo de santos. Tenemos que levantar una generación de católicos que sean más acogedores que ahuyentadores de personas con sus actuaciones que no tienen nada que ver con el verdadero mensaje misericordioso de Jesús. Aquí vemos la comunión que nos habla Lucas en la cita bíblica que hemos escudriñado.

 c) La Formación Bíblico Doctrinal: junto con una fuerte experiencia religiosa y una destacada convivencia comunitaria, nuestros fieles necesitan profundizar en conocimiento de la Palabra de Dios y los contenidos de la fe.

En el primer eje les hablé que con el Kerigma se nace y con la Catequesis se crece; este tercer eje es la comida que se le debe dar al recién nacido. Tenemos muy buena comida-Catequesis dentro de la Iglesia (doctrina, teología, sacramentos, devociones, etc.), pero después y solo después del Kerigma debe ir este eje porque no podemos darle comida a los que aún no han nacido en Jesús con el Kerigma. Y aunque esta enseñanza o catequesis va después del kerigma, debe ser una catequesis kerigmática para que exista la asiduidad de los fieles en las mismas. Aquí vemos la enseñanza de los apóstoles de la cita bíblica que escudriñamos.

 d) El Compromiso Misionero de toda la comunidad: Ella sale al encuentro de los alejados.

Hay una palabra clave mi hermano y hermana, Sale, no se queda encerrada en cuatro paredes ni en la virtualidad. En el Evangelio se nos narra que el pastor sale a buscar a la oveja perdida dejando las 99; hoy tenemos que buscar las 99 y dejar de estar entretenido con la única oveja que está adentro del redil. Una comunidad, una parroquia, una diócesis, una pastoral no puede decir que está evangelizada si no se convierte en una comunidad, una parroquia, una diócesis, una pastoral evangelizadora. Iglesia que no evangeliza, se fosiliza, se estanca, se seca, se muere.

Esta es la nueva normalidad que la Iglesia está llamada a vivir en todos los niveles, y nosotros como familia vicentina también debemos hacer nuestra esta nueva normalidad para que esta triste realidad que hoy vivimos en y como Iglesia pase a ser muy pronto una ficción y que allí se quede para siempre.

Unidos en San Vicente de Paúl

Eduardo Adames
Confraternidad de Periodistas y Escritores Vicentinos

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