En un reciente encuentro a través de Zoom sobre la vivienda y los sin techo en Canadá, uno de los asistentes dijo que estamos viviendo un momento en el que tenemos la oportunidad de tener un gran impacto en la cuestión de la vivienda y los sin techo. En medio de los temores, las decepciones, la tristeza y las aprensiones que todos hemos sufrido este último año y que ha provocado la pandemia de la Covid, tiendo a estar de acuerdo en que estamos viviendo un momento clave. Ciertamente ha habido momentos similares en los que la humanidad ha tenido la oportunidad de realizar cambios sistémicos en la forma de gobernar, vivir y abordar cómo podemos hacer de nuestro mundo un lugar mejor, más amable y más inclusivo para vivir. No intentaré juzgar cómo hemos fracasado o tenido éxito en el pasado, sino que me gustaría comentar el ahora y el futuro desde una perspectiva vicenciana.

Creo que vivir en el mundo actual y experimentar lo que ha sucedido en nuestra historia reciente de los últimos 3-4 años nos da a todos la oportunidad de examinar el por qué han sucedido las cosas y cómo podemos, no sólo aprender de estas experiencias, sino ganar en comprensión de la necesidad de cambios sistémicos dramáticos que pueden hacer un cambio históricamente significativo en la forma en que abordamos las causas fundamentales de la pobreza. Pensemos en cómo los trágicos acontecimientos del año pasado, en relación con el racismo sistémico, condujeron al movimiento Black Lives Matter [las vidas negras importan] y, a su vez, han dado lugar a que muchos de nosotros nos examinemos a nosotros mismos y a cómo podemos cambiar nuestra comprensión y apoyo a la diversidad y la inclusión. En muchos sentidos, parece que ha habido un elemento más antagónico al gobierno y los énfasis en cuestiones que dividen a la gente en lugar de unirla. Incluso esto está mostrando signos de curación. La Covid 19 ha provocado muchas muertes, desempleo e inseguridad, tanto financiera como social. También hemos experimentado o visto muchos casos de personas que hacen más y muestran más preocupación por el bienestar de los demás. Los que viven en la pobreza o no tienen hogar han sufrido mucho.

Si podemos tomar todos estos terribles acontecimientos y, viviendo el momento, comprometernos a utilizar lo que hemos aprendido en tiempos de tanta incertidumbre para hacer los cambios necesarios, podemos tomar este momento de la historia y convertirlo en algo positivo para todos. Vivamos para el hoy y el mañana. Recordemos y aprendamos de estas tragedias y añadamos algunos buenos recuerdos para ahora y para siempre.

Sobre el autor:

Jim Paddon vive en London, Ontario, Canadá y es miembro de la Sociedad de San Vicente de Paúl. Está casado con su querida esposa Pat y tienen seis hijas y once nietos. Jim ha sido miembro de la Sociedad desde los años 70.

Las opiniones expresadas son las del autor y no representan oficialmente las de la Sociedad de San Vicente de Paúl.