La opción preferencial por los pobres.
Nuestro carisma vicenciano y el cambio sistémico (primera parte)
En los últimos años ha habido un considerable debate y a veces cierta confusión sobre los temas de La opción preferencial por los pobres, el cambio sistémico y nuestro carisma vicenciano. En mi opinión, estos tres temas están, o deberían estar, entrelazados en todas nuestras palabras y acciones como miembros de la Familia Vicenciana.
El 25 de julio de 2013 el papa Francisco publicó en Twitter que «la medida de la grandeza de una sociedad se encuentra en la forma en que trata a los más necesitados, a los que no tienen nada aparte de su pobreza». La Opción Preferencial, o el amor a los pobres y vulnerables, es una perspectiva del mundo por la que podemos medir la calidad de la justicia en cualquier sociedad por la forma en que se trata a sus más pobres y vulnerables. La Doctrina Social Católica nos llama a discernir, escuchar, ver y responder al clamor de los pobres a través de nuestras palabras y acciones. Al hacerlo, no estamos haciendo un regalo de lo que es nuestro a los pobres, sino que estamos devolviendo lo que es legítimamente suyo.
Nuestro carisma vicenciano debería describir la orientación espiritual y la misión y los valores por los que cada uno de nosotros vivimos como miembros de una familia. Con motivo del 400 aniversario de la familia vicenciana, el Superior General, P. Tomaz Mavric, CM declaró:
«El Carisma Vicenciano es una forma de vida. Como forma de vida dentro de la Iglesia, es un camino hacia la santidad, la santificación de nuestras propias vidas y las vidas de los demás. Podemos llamar a la Familia Vicenciana un movimiento compuesto por personas que pertenecen a una rama específica de la Familia, así como aquellos que no pertenecen todavía a una rama específica, pero que se inspiran en el camino de san Vicente de Paúl y lo viven en sus vidas».
El cambio sistémico para las personas que viven en la pobreza tiene como objetivo ir más allá de proporcionar alimentos, ropa, refugio y aliviar las necesidades inmediatas. Permite a las propias personas participar en la identificación de las causas fundamentales de su pobreza y crear estrategias, incluida la promoción, para cambiar las estructuras que las mantienen en la pobreza. El cambio sistémico requiere transformar nuestra forma de pensar. Durante los próximos meses, me gustaría compartir más ideas, información y comentarios sobre cómo cada vicenciano puede utilizar nuestro carisma para demostrar cómo podemos utilizar eficazmente el cambio sistémico y la opción preferencial por los pobres como componentes integrales de nuestras palabras y acciones. Empezaré este viaje como un vicentino de larga trayectoria y servidor de los pobres. Por favor, únanse a mí.
Sobre el autor:
Jim Paddon vive en London, Ontario, Canadá y es miembro de la Sociedad de San Vicente de Paúl. Está casado con su querida esposa Pat y tienen seis hijas y once nietos. Jim ha sido miembro de la Sociedad desde los años 70.
Las opiniones expresadas son las del autor y no representan oficialmente las de la Sociedad de San Vicente de Paúl.
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