“Hoy se ha cumplido este pasaje de la Escritura”

1 Jn 4, 19—5, 4; Sal 71; Lc 4, 14-22.

Jesús llegó a su pueblo, a Nazaret. Y en la sinagoga, después de leer la profecía de Isaías, se presenta ante sus paisanos como aquel que encarna dicha profecía, como aquel que el pueblo judío estuvo esperando por siglos, por generaciones, como el libertador prometido por Yahvé.

¿Lo iban a aceptar nada más porque lo decía? En versículos posteriores Lucas narra que no fue así, que enfurecidos lo echaron de la ciudad. No debe asombrarnos esa reacción, fue un acto humano.

Jesús convenció al pueblo poco a poco, con su predicación, sus enseñanzas, con milagros, haciendo ver que el Mesías sí había llegado, que sí estaba cumpliéndose la promesa.

¿Y nosotros? ¿Cómo reaccionamos en nuestros tiempos?

¿Aceptamos a Jesús como el Mesías, como el libertador, como el enviado de Dios, como el que junto con el Padre y el Espíritu Santo vive en perfecta unidad de amor? Ojalá no nos alejemos de Él y aceptemos su Palabra, recono- ciéndolo como nuestro Salvador, como aquel que vino a mostrarnos el camino de la salvación con su palabra y con su ejemplo.

Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Hna. María Gloria Laguna de San José