Como canadiense y vecino cercano de nuestros amigos estadounidenses, siempre tengo interés en lo que sucede en los EE.UU. Esto es ciertamente cierto en lo que respecta a los temas políticos, la economía, el medio ambiente y en particular la pandemia de la Covid-19. El año 2020 ha sido un año de agitación, enfermedad y grave preocupación para todos los norteamericanos y nuestros hermanos y hermanas del mundo.

Si bien Canadá ha sido capaz de contener la propagación de la Covid, estamos experimentando un aumento de casos a medida que se desarrolla la segunda ola. Es preocupante ver el número extremadamente alto de casos y muertes justo al otro lado de la frontera; esta es la principal razón por la que los canadienses prefieren que la frontera permanezca cerrada para todos, excepto trabajadores esenciales. Recemos y trabajemos para que una vacuna segura y efectiva esté disponible para todos en los próximos meses. La economía de ambas naciones ha sufrido mucho este año, con muchos cierres o reducciones de servicios.

Estados Unidos ha experimentado un cambio dramático con la reciente elección de Joe Biden como presidente. Sin insistir en las políticas, acciones y palabras del presidente saliente, sugeriría que muchos canadienses, así como la población mundial en general, están satisfechos con la administración entrante. La compasión por el bienestar de todos los ciudadanos, el cambio climático y la necesidad de abordar las injusticias existentes, como el racismo sistémico y las políticas de inmigración, son un cambio refrescante y muy positivo.

Mientras finalizamos el año 2020 e iniciamos hacia 2021, seguimos viendo muchas incertidumbres para América del Norte y el mundo. Sin embargo, si incluimos un enfoque basado en la espiritualidad y consideramos el bien común y la dignidad humana de todos los ciudadanos del mundo, existe una esperanza real de que podamos no sólo superar las adversidades de 2020 sino también trabajar para lograr un mundo mejor.

«Fratelli tutti», la encíclica social del papa Francisco, es una descripción oportuna y eficaz de dónde estamos y a dónde podemos llegar en los próximos años. Habla de un mundo más justo y fraterno en nuestras relaciones, vida social, política e instituciones. Su referencia a la historia del Buen Samaritano es muy oportuna y debería ayudarnos a todos a reflexionar sobre nuestras propias acciones, o sobre la falta de ellas.

El cambio sistémico es un tema que la Familia Vicenciana ha debatido y puesto en práctica durante varios años. Ha habido recientes diálogos y artículos de Famvin sobre el cambio sistémico y si todavía es relevante. Creo que el cambio sistémico es más relevante que nunca. A medida que el mundo continúa evolucionando en una época de muchos cambios, algunos debido a la emergencia y la desesperación, también nos enfrentamos a la oportunidad de cambiar las estructuras y los sistemas tal como los conocemos, en un esfuerzo por hacerlos más afectivos y eficaces. Que todos abracemos el futuro con esperanza y oración por un mundo más justo.

Sobre el autor:

Jim Paddon vive en London, Ontario, Canadá y es miembro de la Sociedad de San Vicente de Paúl. Está casado con su querida esposa Pat y tienen seis hijas y once nietos. Jim ha sido miembro de la Sociedad desde los años 70.

Las opiniones expresadas son las del autor y no representan oficialmente las de la Sociedad de San Vicente de Paúl.