El 27 de noviembre es la fiesta de Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa. Es una celebración para todos los miembros de la Familia Vicentina. Este año de 2020 es el 190º aniversario del regalo de la Medalla a santa Catalina Labouré en 1830. He escrito un pequeño artículo sobre la Medalla Milagrosa y su regalo a nosotros. Siempre ha sido un regalo para evangelizar a los pobres.
«…con frecuencia (los pobres) no tienen ni la figura ni el espíritu de las personas educadas, pues son vulgares y groseros. Pero dadle la vuelta a la medalla y veréis con las luces de la fe que son ésos los que nos representan al Hijo de Dios, que quiso ser pobre; Él casi ni tenía aspecto de hombre en su pasión y pasó por loco entre los gentiles y por piedra de escándalo entre los judíos; y por eso mismo pudo definirse como el evangelista de los pobres: Me envió a evangelizar a los pobres» (SVP ES XI, 725).
Este año de 2020 ya se ha distinguido como empobrecido, obligando a todos a ver el rostro de Dios en esta pandemia. Sentirse impotente, algo que no es nuevo para los pobres, es la experiencia compartida de todos.
Sin embargo, este 27 de noviembre, es también el 190 aniversario del regalo de la Medalla Milagrosa al mundo. Es el regalo de la «anti-indefensión». Para todos los que la llevan, es un poder divino.
El frente de la medalla ya proclama el poder omnipotente de María que diariamente abre sus brazos para abrazarnos íntimamente. PERO DAD LA VUELTA A LA MEDALLA, y el poder de toda la Salvación se hace presente.
En este lado, rodeado por las 12 estrellas de los apóstoles, el don perpetuo de la redención está simbolizado en la Cruz, que descansa sobre la «M», símbolo de María y su maternidad.
Debajo de esta cruz sobre María están los Sagrados Corazones de Jesús y de María. Son estos dos corazones los que, en manifestaciones separadas, nos mostraron el interminable amor y cuidado divino por nosotros. De la manera más profunda, esta medalla nos pide que contemos al mundo sobre los corazones divinos llenos de amor por cada persona, especialmente por los miserables y abatidos.
La celebración del regalo de la Medalla Milagrosa el 27 de noviembre no es sólo una celebración de la ayuda que nos da María. Es mucho más una llamada a la evangelización.
Nosotros, que llevamos la medalla, proclamamos que estamos siempre reunidos en torno a Cristo y María, simbolizados no como figuras humanas sino como símbolos del amor eterno por nosotros y por los demás: dos corazones sagrados.
La medalla nos llama a contar a los demás este activo amor divino, especialmente a los especificados por las Obras de Misericordia Corporales: los sin techo, los desnudos, los enfermos, los encarcelados y todos los que sufren los falsos signos de la penumbra y el mal.
El 27 de noviembre, celebrad su llamada a evangelizar a los pobres. Llevadles la Buena Nueva del amor de Jesús y María por ellos. Mostradles la Medalla Milagrosa, y sus símbolos, dados por María, de dos Sagrados Corazones ardiendo en amor por ellos. Sólo «Denle la vuelta a la Medalla…»
Las oraciones y lecturas específicas para la Fiesta de Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa, se pueden encontrar en seis idiomas en nuestro sitio web, la Asociación Internacional de la Medalla Milagrosa, www.amminter.org – haga clic en «Orar con nosotros».
P. Carl Pieber, CM, Subdirector General de la Asociación de la Medalla Milagrosa
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