Este año la JORNADA MUNDIAL DE LOS POBRES se celebrará el 15 de noviembre bajo el lema “Tiende tu mano al pobre” (Eclo 7, 36), según el mensaje escrito por el Papa Francisco (disponible al final de este texto). La Jornada Mundial de los Pobres fue instituida por el Vaticano en 2016, y la fecha se celebra en el penúltimo domingo del año litúrgico.
El Papa Francisco invita a la humanidad a «extender sus manos a los pobres», criticando el «cinismo» y la «indiferencia» de aquellos que se enriquecen vendiendo armas y drogas. «En estos meses en los que el mundo entero ha estado dominado por un virus que ha causado dolor y muerte, angustia y perplejidad, ¡cuántas manos extendidas hemos visto!», exaltó el Papa, valorando las acciones de solidaridad en todo el mundo para ayudar a los más afectados por la extrema pobreza.
Rindiendo homenaje una vez más a los médicos, enfermeras, farmacéuticos, voluntarios o sacerdotes que permanecieron en primera línea durante la pandemia, el Papa consideró que «desafiaron el contagio del miedo para aportar apoyo y consuelo». También criticó a los que no son caritativos y no se dejan tocar por la pobreza, convirtiéndose a menudo en cómplices de toda la situación.
El Pontífice puso a todos los indiferentes a la pobreza en el mismo nivel pero, por otra parte, alabó la «generosidad que apoya a los débiles» y que constituye «la condición de una vida totalmente humana». El Papa también reconoció que la Iglesia no siempre tiene todas las soluciones frente a los «gritos silenciosos de muchos pobres», pero que es posible hacer mucho por los más humildes.
Nosotros, miembros de la Sociedad de San Vicente de Paúl (SSVP) podemos, incluso en tiempos de pandemia, celebrar la JORNADA MUNDIAL DE LOS POBRES con eficiencia y creatividad. Una sugerencia sería acercarse cada vez más a los movimientos pastorales de laicos en cada parroquia, realizando campañas de recogida de donaciones para las Conferencias (no sólo alimentos, sino artículos de higiene y limpieza, fundamentales en estos tiempos de pandemia).
Otra idea sería aumentar la visibilidad de la SSVP en los medios de información de las parroquias y diócesis. También sería necesario intensificar la relación con los empresarios, el gobierno y los medios de comunicación, mostrando la labor social que realizan las Conferencias y sus obras. Al final de la Santa Misa del 15 de noviembre, valdría la pena que el presidente de la Conferencia presentara la misión, la visión y los valores vicentinos, fomentando la acogida de nuevos consocios e invitando a los fieles a unirse a la Conferencia.
«En cualquier caso, lo más importante es dar testimonio del amor de Cristo a los más necesitados, viviendo juntos el mensaje del Evangelio, en comunidad, sirviendo a Cristo a través de los pobres con amor, respeto, justicia y empatía. Así, simplemente con nuestro ejemplo, podemos hacer mucho por la causa vicentina y por los más pobres», subrayó el consocio Renato Lima, 16º Presidente General.
Al meditar sobre la JORNADA MUNDIAL DE LOS POBRES de 2020, en medio de la crisis sanitaria, reconocemos que la pobreza extrema se ha intensificado en todas partes. La gente ha perdido sus empleos y los casos de enfermedades mentales, psicológicas o emocionales han aumentado dramáticamente. La economía se ha visto fuertemente dañada, y la riqueza de las naciones se ha reducido. La pandemia también está destruyendo hogares, familias y especialmente a los jóvenes. La educación sufrió un gran revés, con millones de estudiantes fuera de la escuela.
En este contexto tan adverso, reflexionar sobre la JORNADA MUNDIAL DE LOS POBRES es, en sí mismo, un inmenso desafío para todos nosotros como miembros de la Sociedad de San Vicente de Paúl. Recemos para que el Buen Señor nos proteja y nos ayude a superar estos los tiempos difíciles. «Compartir lo que tenemos con los pobres significa enriquecerse mutuamente. Y si hay estructuras sociales enfermas que les impiden soñar con un futuro, debemos trabajar juntos para curarlas, para transformarlas» (Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium, Papa Francisco, 2013, número 195).
Nuestros fundadores nos enseñaron que necesitamos replantear nuestras acciones redistribuyendo mejor nuestros recursos, evitando el acaparamiento, flexibilizando nuestras normas internas, movilizando nuestro patrimonio humano y material para servir, con alegría y sin quejas, a los más humildes, amándolos sin juzgarles y llevando el «Evangelio de la Esperanza» a todos.
Haga clic aquí para leer el mensaje del Santo Padre en su totalidad.
Fuente: https://www.ssvpglobal.org/
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