“Esta noche morirás, ¿para quién serán tus bienes?”
Ef 2, 1-10; Sal 99; Lc 12, 13-21.
La terrible experiencia de la pandemia del COVID~19 sacudió la conciencia de muchos y cuestionó los valores que prevalecían hasta entonces. Un mundo que vivía la fiebre de acumular riquezas y poder, se descubrió vulnerable y frágil ante la enfermedad. Descubrió que las cuentas de banco, los lujos y los seguros de vida no lo preservaban del peligro de enfermar y de morir. Descubrió, también, la necesidad de la unión de todos para hacer frente a los contagios y el valor de la solidaridad y la generosidad para sobrellevar la tragedia.
Todo ello pone en evidencia la verdad y la actualidad del evangelio de Jesús, que hoy nos cuenta la parábola de aquel hombre que, ante una ganancia inmensa, decide egoístamente agrandar las bodegas para poder conservar y acumular lo que tiene. Esa noche se le anuncia que va a morir. Sus planes se le vienen abajo.
¿Hemos aprendido la lección? ¿La única solución al éxito en los negocios, al bienestar económico, es agrandar las bodegas, es decir, acumular y acumular?
¿Aprendimos que la vida, lo que somos y tenemos es un regalo para compartir? ¿Cuándo, por fin, tomaremos conciencia de que el amor solidario es el único camino para la humanidad?
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Silviano Calderón Soltero CM
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