La explosión del 4 de agosto en Beirut han impactado profundamente a la Familia Vicenciana local. Hemos experimentado los peores efectos. Las Hijas de la Caridad lloran la pérdida de sor Sophie Khosrovian, que murió por las heridas sufridas durante la explosión. Las estructuras de las propiedades de las Hijas de la Caridad y de la Congregación de la Misión fueron gravemente dañadas, así como la Basílica de la Medalla Milagrosa, además de los edificios que albergan los servicios que la Familia proporciona, como escuelas, hospitales, centros de servicios sociales, entre otros.
Más de 300.000 personas de la ciudad se han quedado sin hogar. La BBC informa que más de 200 murieron. Miles fueron heridas. Temas como la falta de vivienda, los traumas, el COVID-19, el hambre y la reconstrucción son preocupantes.
Al mismo tiempo, somos testigos de la esperanza. Las familias se ayudan unas a otras en tiempos de crisis, y parece que esa es la realidad en Beirut. Sin duda, todas las ramas de la Familia Vicenciana están profundamente comprometidas en ayudar a la gente de Beirut a recuperarse.
La Sociedad de Vicente de Paúl está ayudando a las personas afectadas por la explosión, así como la Asociación Internacional de Caridad (AIC) presente en el Líbano. La AIC, junto con todas las ramas de la Familia, invita a rezar por la gente de Beirut. Los jóvenes vicencianos se han arremangado y se han comprometido en los esfuerzos de limpieza. Las Hijas de la Caridad y los equipos médicos del Hospital del Sagrado Corazón atendieron a los heridos, a pesar de los daños que sufrió el establecimiento. La Congregación de la Misión se ha comprometido a limpiar y a presidir las misas fuera de la basílica dañada. Probablemente nunca sabremos todas las maneras en que cada una de nuestras ramas se ha comprometido en atender las necesidades de la población local afectada por las explosiones, ofreciendo esperanza y tratando de dar a Beirut un nuevo comienzo.
He observado una serie de iniciativas vicencianas de recaudación de fondos para ayudar a Beirut. La Alianza de la Familia Vicenciana con los Sin Hogar ha lanzado recientemente «Desde nuestros corazones a los corazones del Líbano», que recaudará fondos para el alojamiento, la alimentación, los materiales de construcción y la atención sanitaria. La AIC pronto presentará una recaudación de fondos en su página de Facebook. Todas nuestras ramas se benefician de donaciones para ayudar a la causa.
Podrías preguntarte: «¿Qué están haciendo las Naciones Unidas para ayudar a Beirut?»
La explosión del 4 de agosto dio lugar a un complejo sistema de necesidades, daños y perjuicios. Una red de agencias y especialistas de las Naciones Unidas están trabajando diligentemente para ayudar a Beirut a recuperarse.
Las Naciones Unidas movilizaron inmediatamente ayuda de emergencia, como refugios temporales para las personas desplazadas a causa de las explosiones. Desde el principio, la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCAH) de las Naciones Unidas liberó 6 millones de dólares del Fondo Central para la Acción en Casos de Emergencia para financiar la atención de traumas, apoyar a los hospitales, reparar las casas dañadas y proporcionar ayuda logística.
Las Naciones Unidas enviaron suministros médicos, equipos de refugio, paquetes de alimentos y ayudaron a reunir a las familias separadas. Las Naciones Unidas también se unieron al Presidente francés Emmanuel Macron para dirigir una conferencia de donantes el 9 de agosto.
«Necesitaremos todas las manos a la obra» para abordar la recuperación, dijo la Secretaria Adjunta de la ONU Amina Muhammad en el momento de la conferencia.
Además de la conferencia de donantes, las Naciones Unidas lanzaron el 14 de agosto un llamamiento por 565 millones de dólares para ayudar al pueblo de Beirut. Según la OCAH, los fondos ayudarán a pagar comidas calientes, raciones de alimentos y granos; reparar instalaciones de salud, así como kits de trauma y medicamentos necesarios; dar refugio para las familias cuyas casas fueron dañadas o necesitan rehabilitación; hacer reparaciones de edificios y áreas comunes, así como reparaciones de escuelas y suministro de material educativo; y apoyo psicológico para los niños.
ASISTENCIA MÉDICA
En el momento de las explosiones, tal vez la mayor necesidad era de suministros y cuidados médicos. Incluso antes de que ocurriera la tragedia, Beirut, como el resto del mundo, estaba sufriendo por la COVID-19. Varios contenedores de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que llevaban suministros, como equipo de protección personal, fueron destruidos en las explosiones. La OMS realizó una evaluación de 55 centros de atención médica en Beirut, señalando que tres hospitales estaban en gran parte fuera de servicio y que poco más del 50 por ciento de los centros de atención médica no funcionaban. Emitió un llamamiento de 76 millones de dólares para suministros y cuidados médicos. Además, está trabajando con equipos médicos del extranjero para proporcionar atención. Y ha entregado EPP adicionales, así como suministros quirúrgicos y para traumatismos, a 2000 pacientes en 10 hospitales.
Mientras tanto, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), proporcionó vacunas y suministros médicos, además de asesoramiento para los niños traumatizados por las explosiones. También proporcionó agua potable a los trabajadores de rescate.
AYUDA ALIMENTARIA
Debido a que un gran porcentaje de los alimentos almacenados en los almacenes del puerto fue destruido, el Programa Mundial de Alimentos (PMA) está enviando 50.000 toneladas de trigo y grano. Esto proporcionó alivio inmediato a las personas afectadas por la explosión mediante la entrega de 150.000 paquetes de alimentos. También colaboró con Caritas Líbano para proporcionar comidas calientes en los comedores de beneficencia. Con muchas infraestructuras dañadas, el PMA está trabajando en la limpieza de una zona del puerto para permitir la entrega de alimentos, y en otras formas de racionalizar las cadenas de suministro y la entrega.
ASISTENCIA A MIGRANTES Y REFUGIADOS
Según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), alrededor del 8% de las 300.000 personas afectadas en Beirut son trabajadores migrantes. La OIM pidió más de 10 millones de dólares para ayudar a más de 43.000 migrantes y refugiados afectados por las explosiones. Mientras tanto, la agencia del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) está investigando los informes de 34 refugiados muertos por las explosiones.
EDUCACIÓN
Las explosiones del 4 de agosto tuvieron un gran impacto en las escuelas. Aproximadamente 70 escuelas públicas y 50 privadas fueron totalmente destruidas o parcialmente dañadas, afectando a unos 55.000 estudiantes. La rehabilitación de las escuelas es vital. La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) se ha comprometido a ayudar en la rehabilitación. Además, prestará apoyo técnico y financiero para mejorar las oportunidades de aprendizaje virtual.
EDIFICIOS HISTÓRICOS
Los edificios históricos de Beirut necesitan reparaciones. La UNSESCO también está liderando un esfuerzo para ayudar a salvar y rehabilitar algunos de los 60 edificios históricos de la ciudad en peligro de colapso.
PETICIÓN DE UNA INVESTIGACIÓN INDEPENDIENTE
La Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH), Michelle Bachelet, había advertido antes de las explosiones que el Líbano se estaba saliendo de control rápidamente. Ella había instado a las reformas. La ACNUDH está pidiendo ahora una investigación independiente sobre la explosión. «Los llamamientos de las víctimas para que se rindan cuentas deben ser escuchados, incluyendo la realización de una investigación imparcial, independiente, exhaustiva y transparente de la explosión», dijo el portavoz de la OACDH, Rupert Colville.
(Con aportes de UN News)
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