“Tengan miedo, más bien, a quien puede arrojar al infierno el alma y el cuerpo”
Is 6, 1-8; Sal 92; Mt 10, 24-33.
Jesús nos advierte que, si somos fieles al evangelio, vamos a sufrir rechazos, humillaciones, burlas y agresiones; que seguirlo nos va a hacer pasar malos y dolorosos momentos, como a Él mismo. Pero nos aclara que lo que verdaderamente nos va a hacer sufrir en esta vida y en la otra, es estar alejados de Él por el pecado.
Tenemos que poner a Dios sobre todas las cosas, sobre los pensamientos, las obras y las palabras. Piensa: ¿Cuál es tu pecado dominante, aquél en donde Dios no es lo primero?
Hoy celebramos a San Benito Abad, un santo que vivió hace más de 1500 años. La famosa medalla de San Benito se le atribuye a él aunque se difundió muchos años después de su muerte. San Vicente de Paul difundía el uso de este sacramental que no es un amuleto, sino un símbolo para llevarnos a la oración y a la confianza. La síntesis de la Regla de San Benito es la frase: “Ora et labora” (reza y trabaja).
San Benito, intercede a Dios por nosotros para que reconozcamos todo lo que nos aleja de Dios y luchemos contra ello, para alcanzar la Vida Eterna.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Carmen Elisa Arteaga Solís
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