Al considerar las poblaciones más afectadas por COVID 19, una de ellas son los pueblos indígenas. Esta es la época del año en la que las Naciones Unidas normalmente celebran el Foro Permanente de los Pueblos Indígenas. Debido a las precauciones tomadas a causa del Covid-19, múltiples eventos, incluyendo el Foro, han sido cancelados, evidentemente. Sin embargo, poner de relieve las preocupaciones de los indígenas sigue siendo vital, porque las comunidades indígenas están muy afectadas por el virus y las respuestas tomadas por causa del mismo.
Según el Banco Mundial, hay aproximadamente 370 millones de pueblos indígenas en todo el mundo, en más de 90 países.
Muchos son conscientes de los efectos devastadores de la colonización sobre los pueblos indígenas en el pasado, especialmente en relación con la importación de epidemias mortales. Es una historia aterradora. Tengo entendido que, hacia 1900, el número de Pueblos Indígenas en América había disminuído en más del 80%, y hasta en un 98% en algunas zonas, en parte como resultado de enfermedades como la viruela, el sarampión y el cólera. La violencia, el desplazamiento y la guerra de los colonizadores contra ellos se sumaron a la diezma de los Pueblos Indígenas (Wikipedia).
En nuestros días, la historia podría repetirse. El coronavirus, otra enfermedad del mundo exterior, es una amenaza significativa para los Pueblos Indígenas.
«Si no se detiene urgentemente la propagación del virus, y se permite que infecte a las comunidades indígenas africanas, el virus puede diezmar a nuestras comunidades miembros», dijo el Comité de Coordinación de los Pueblos Indígenas de África (IPACC) en una declaración del 9 de abril.
En el norte de Tailandia, los incendios forestales y la consiguiente contaminación del aire se suman a los problemas que enfrentan los pueblos indígenas en medio de la amenaza del virus. Y, en Alaska, Sambo Dorough, presidente del Consejo Circumpolar Inuit, una organización que representa a 180.000 inuits en Canadá, Estados Unidos, Rusia y Groenlandia, dijo que el riesgo de que el nuevo coronavirus, también conocido como Covid-19, se extienda en las comunidades inuits se ve agravado por los persistentes problemas de infraestructura, como el hacinamiento en las viviendas, la falta de sistemas de alcantarillado y la falta de agua potable.
Anne Nuorgam, Presidenta del Foro Permanente para las Cuestiones Indígenas, también emitió una declaración que sacó a la luz las preocupaciones relacionadas con el impacto de Covid-19 en las comunidades indígenas.
«Las comunidades indígenas ya experimentan un acceso deficiente a la atención de la salud, tasas significativamente más altas de enfermedades transmisibles y no transmisibles, falta de acceso a servicios esenciales, saneamiento y otras medidas preventivas clave, como agua limpia, jabón, desinfectante, etc.», dijo la Sra. Nuorgam. «Asimismo, la mayoría de las instalaciones médicas locales cercanas, si es que las hay, suelen estar mal equipadas y carecen de personal. Incluso cuando los pueblos indígenas pueden acceder a los servicios de salud, han de enfrentarse al estigma y la discriminación».
Hace un par de años, escuchamos al pueblo yanomami del Amazonas pedir a la ONU que prestara atención a los impactos de la minería, la deforestación, la contaminación, la perforación petrolera, la apropiación de tierras, los asaltos y más sobre su pueblo. Los yanomami viven en la frontera entre Brasil y Venezuela. Un niño de 15 años fue la primera víctima de la comunidad yanomami en sucumbir al Covid-19, el 9 de abril. Se investiga si los mineros ilegales portaban el virus al entrar en el territorio yanomami.
Muchos pueblos indígenas están bastante aislados del mundo exterior. Esto plantea problemas no sólo en cuanto a recibir actualizaciones sobre el coronavirus, sino también para acceder a instalaciones sanitarias distantes debidamente equipadas para tratarlo. Otras preocupaciones se refieren a la recepción de comunicación en el propio idioma de la comunidad indígena para que se entiendan plenamente los riesgos y las respuestas.
El llamamiento a aislarse o a mantener la distancia social puede ser difícil en grupos cuyas culturas incluyen muchos rituales o prácticas comunales. El temor a los efectos físicos del coronavirus, la aflicción hacia los miembros de la familia que lo adquieren y su impacto en toda la comunidad pueden causar un trauma. Pero los servicios de traumatología no son fácilmente accesibles.
Además del aspecto médico y emocional del coronavirus, los pueblos indígenas se enfrentan a otros problemas graves relacionados con él. Algunos carecen de agua limpia para acciones de protección, como el lavado de manos. Con la exigencia de auto-aislamiento o de cumplir con los toques de queda, también se plantean problemas para acceder a los alimentos o a las semillas para plantar. Al igual que otras comunidades mundiales afectadas por el coronavirus, la falta de trabajo también contribuye a la incapacidad de las poblaciones indígenas para adquirir alimentos, cuyo costo está aumentando en medio de la crisis.
Como si tratar con el virus no fuera suficiente, muchas comunidades amazónicas están luchando por la supervivencia de otras maneras. Sus tierras son severamente explotadas por mineros, madereros, agroindustria, ganaderos y otros. La minería salvaje y los madereros ilegales en la región amazónica de Brasil aumentaron en un 51% en el primer trimestre de 2020, según Bloomberg. La minería, la deforestación, el acaparamiento de tierras, los derrames de petróleo y la contaminación son moneda corriente en otras zonas de la región amazónica de nueve naciones. Mientras que las comunidades indígenas se están autoaislando, los mineros y madereros deshonestos están sacando recursos de sus tierras. Las comunidades indígenas deben simultáneamente tratar de autoaislar y proteger sus territorios. Y las invasiones de mineros y madereros ilegales pueden exponer aún más a los pueblos indígenas al Covid-19.
La minería ilegal y la deforestación continúan a pesar de las palabras del papa Francisco en 2018:
«Tenemos que romper con el paradigma histórico que considera la Amazonia como una fuente inagotable de suministros para otros países sin preocuparse por sus habitantes», dijo el Papa.
El Mecanismo de Expertos de la ONU sobre los Derechos de los Indígenas (MEDPI) dijo lo siguiente en su declaración: «La propagación del Covid-9 ha exacerbado y seguirá exacerbando una situación ya crítica para muchos pueblos indígenas: una situación en la que ya abundan las desigualdades y la discriminación. El aumento de las recesiones nacionales y la posibilidad real de una depresión mundial agravarán aún más la situación, haciendo temer que muchos pueblos indígenas mueran, no sólo por el virus en sí, sino también por los conflictos y la violencia, vinculados a la escasez de recursos, especialmente de agua potable y alimentos».
No olvidemos a los pueblos indígenas en este momento crítico.
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