“Jesús los reprendió por no creer”
Hech 4, 13-21; Sal 117; Mc 16, 9-15.
Jesús llama la atención a sus discípulos por no creer a los primeros testigos de su resurrección.
Imaginemos el pensamiento de estos “incrédulos”: “¿Por qué habríamos de creer a una mujer que, además, había tenido siete espíritus malos? ¿Por qué habríamos de creer a los dos discípulos de Emaús si los once apóstoles eran los amigos más cercanos de Jesús?” ¡Los doce tenían derecho a ser los primeros, los testigos autorizados!
O quizás secretamente en su corazón se resistían a dar cabida a una noticia tan grande, a ser colmados de gozo por la resurrección de Jesús por temor a una posterior desilusión. Y el Resucitado se presenta ante ellos y los reprende por su cerrazón.
El Señor sigue eligiendo a quien él quiere para llevar su mensaje de amor al mundo entero. Repasemos brevemente: San Juan Diego, Santa Catalina Labouré, el Santo Cura de Ars y tantos hermanos nuestros pobres, sencillos, ignorantes… que Dios elige para encomendarles tareas importantes. El hombre se fija en apariencias, pero el Señor ¡conoce los corazones! Demos gracias a Dios por su lógica distinta a la nuestra y por estos testigos elegidos por El. Pidámosle nos ayude a creerles.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Sor María del Pilar Méndez Gallegos H.C.
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