«–¿Qué buscan? –Maestro, ¿dónde vives?»
1 Jn 3, 7-10; Sal 97; Jn 1, 35-42.
Me da la impresión de que la Palabra de Dios tiene prisa y no quiere perder el tiempo. Apenas celebramos la Navidad; luego Juan el Bautista nos invitó a dirigir la mirada (y los oídos y el corazón y la vida toda) hacia Jesús. Hoy la Palabra nos llama a seguir a ese Jesús que acabamos de acoger.
La escena es conmovedora: San Juan, el evangelista, se acuerda incluso de la hora: “Eran las cuatro de la tarde”. Ante la invitación del Bautista, varios de sus discípulos comenzaron a caminar detrás de Jesús quien, sintiendo que lo seguían, se volvió y les preguntó: ¿Qué buscan? Van con él, “y se quedaron con él aquel día”, dice el Evangelio.
Y no sólo aquel día, se quedaron para siempre.
¿Qué buscaban y qué encontraron esa tarde?
¿Qué descubrieron en Jesús, en sus palabras, en su proyecto, en su manera de acogerlos? ¿Qué experiencia iluminadora, transformadora tuvieron aquella tarde con Jesús que los hizo quedarse con él para siempre, no pensar ya en otros proyectos, en otros caminos sino el de Jesús?
Todo eso lo podemos encontrar tú y yo. En Jesús están todas las respuestas, en él son colmados todos los deseos..
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
P. Silviano Calderón cm
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