“Ven, Señor, y haz justicia”
Sab 6, 1-11; Sal 81; Lc 17, 11-19.
En el evangelio de hoy Jesús nos muestra a los 10 leprosos que pidieron la gracia de la sanación y la recibieron, pero sólo uno reconoció al que se la dio. Como en otras circunstancias, Jesús pronuncia la expresión: “Tu fe te ha salvado”. Es la fe que salva restableciendo la relación profunda con Dios, consigo mismo y con los demás, y la fe se manifiesta en el agradecimiento que reconoce que todo es don recibido.
Cada día tenemos multitud de ocasiones para agradecer. Quien muestra agradecimiento con un corazón sincero, aún por los más mínimo detalles, llena de alegría a los otros y crea el “círculo virtuosos de la gratitud”.
Y si se agradecen los pequeños favores, ¿cuánto más los que Dios, a través de los más variados medios, nos hace llegar a nuestras vidas? A veces las cosas nos parecen tan naturales que no se nos ocurre agradecérselas a Dios.
Sería muy bueno que en cada manifestación de la ternura y misericordia de Dios lo reconozcamos y lo alabemos, porque cada gracia nos da el regalo de encontrarnos con Él.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Sor Carolina Flores H.C.
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