Cuando hablamos de cambio climático, a menudo se hace hincapié en el aumento de las temperaturas en los océanos, el hielo derritiéndose en el Ártico y otros resultados visibles de nuestro clima cambiante.
Como vicencianos también debemos mirar el efecto en nuestros compañeros que residen en este planeta y que están entre los que viven en la pobreza. Hay investigaciones que validan el hecho de que las poblaciones de bajos ingresos tienen menos acceso a información, recursos e instituciones para ayudarles a prepararse y evitar los riesgos de salud del cambio climático. Las enfermedades cardíacas y pulmonares y las infecciones bacterianas son algunos de los principales problemas de salud asociados con el cambio climático. La falta de un seguro médico suficiente también puede aumentar el riesgo de enfermedades causadas por el cambio climático.
Además, las poblaciones de bajos ingresos suelen vivir en una zona urbana cerca de fuentes de emisiones de gases de efecto invernadero. Esto incluye vivir cerca de sitios de alta contaminación. Muchos desarrollos de vivienda para personas de bajos ingresos carecen de suficiente aislamiento o aire acondicionado.
A nivel mundial, hay varios países que sufren inundaciones y sequías que pueden conducir a emergencias nacionales e incluso a la inanición.
Entonces, ¿qué podemos hacer para tener una influencia positiva en el cambio climático? Podemos adoptar varios cambios en nuestros estilos de vida que ayuden a combatir el cambio climático. Si todo el mundo asumiera un mayor sentido de la responsabilidad, podríamos lograr algunos resultados muy buenos.
Nuestra Familia Vicenciana es una organización mundial y, por lo tanto, poseemos los recursos para tener una voz muy fuerte que puede abogar por el cambio. Si damos prioridad a la seguridad y la salud de nuestros amigos y vecinos, deberíamos ser capaces de comprender claramente que el cambio climático es un tema muy importante en relación con la pobreza. Podemos actuar como firmes defensores ante nuestros gobiernos, a todos los niveles, para que tomen medidas concretas que puedan ayudar a cambiar la situación y lograr un cambio real con respecto a nuestro medio ambiente. Podemos ser la voz de aquellos que viven en la pobreza y que, probablemente, sufrirán las consecuencias del cambio climático de una manera más personal que nunca.
Es hora de actuar y hacer saber a nuestros líderes que necesitamos actuar con prontitud.
Sobre el autor:
Jim Paddon vive en London, Ontario, Canadá y es ex-presidente del Consejo Regional de Ontario de la Sociedad de San Vicente de Paúl. Actualmente es presidente del Comité Nacional de Justicia Social de la Sociedad en Canadá. Está casado con su querida esposa Pat y tienen seis hijas y once nietos. Jim ha sido miembro de la Sociedad desde los años 70.
Las opiniones expresadas son las del autor y no representan oficialmente las de la Sociedad de San Vicente de Paúl.
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