Novena a san Vicente de Paúl 2019: Día 5

por | Sep 22, 2019 | Formación, Reflexiones | 0 Comentarios

Oración:

¡Oh Dios, padre amoroso! Que por tu gran bondad nos has llamado a ser Evangelizadores de los pobres, siguiendo los caminos de tu Hijo amado Jesucristo, ayúdanos con el ejemplo de San Vicente de Paúl, a ser diligentes y audaces ante las necesidades de nuestros hermanos, con un corazón sensible ante los sufrimientos. Concédenos por tu Espíritu Santo, ser capaces de anunciar, practicar y testimoniar el Reino de Dios en todos los lugares del mundo, para que ninguna periferia se prive del anuncio gozoso de la salvación.

Que al contemplar a tu Hijo hecho hombre podamos pasar de la mesa de la Palabra y de la mesa de la Eucaristía a la mesa de los pobres, para compartir con los demás el Pan de Vida, danos la capacidad de ser hombres y mujeres que encarnemos una verdadera espiritualidad capaz de responder a los desafíos de hoy, te lo pedimos por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

Padre Nuestro…

Oración a la Virgen:

(De los escritos de san Vicente de Paúl)

Santísima Virgen María ayúdanos a estar dispuestos a practicar las máximas evangélicas, te pedimos que llenemos de ellas nuestro espíritu, llenemos nuestro corazón de su amor y vivamos en consecuencia. Por tu intercesión ya que, mejor que ningún otro, penetraste el sentido de esas enseñanzas y las practicaste. Para esperar que, al vernos aquí en camino de vivir según estas máximas, nos serán favorables en el tiempo y en la eternidad. (cfr. XII, 114-129)

¡Oh, santísima Virgen, pide al Señor este favor, pídele una verdadera pureza para nosotros, para toda la familia vicentina! Esta es la súplica que te hacemos. (cfr. XI, 447-449). Amén.

Dios te salve…. Gloria…

Quinto DÍA
Acoger a las Mujeres

Signo: La imagen de la Santísima Virgen María, si se tiene alguna imagen o postal de San Vicente con las Damas de la Caridad o las Hijas de la Caridad y diferentes imágenes de mujeres maltratadas de hoy.

Canción: Vuestro Claustro es la obediencia

Iluminación Bíblica: Juan 12, 1-8:

Seis días antes de la Pascua, Jesús se fue a Betania, donde estaba Lázaro, a quien Jesús había resucitado de entre los muertos. Le dieron allí una cena. Marta servía y Lázaro era uno de los que estaban con él a la mesa. Entonces María, tomando una libra de perfume de nardo puro, muy caro, ungió los pies de Jesús y los secó con sus cabellos. Y la casa se llenó del olor del perfume.
Dice Judas Iscariote, uno de los discípulos, el que lo había de entregar: «¿Por qué no se ha vendido este perfume por trescientos denarios y se ha dado a los pobres?» Pero no decía esto porque le preocuparan los pobres, sino porque era ladrón, y como tenía la bolsa, se llevaba lo que echaban en ella. Jesús dijo: «Déjala, que lo guarde para el día de mi sepultura. Porque pobres siempre tendréis con vosotros; pero a mí no siempre tendréis.»

Palabra del Señor.

Escuchemos a San Vicente de Paúl:

Para ser verdaderas Hijas de la Caridad, hay que hacer lo que hizo el Hijo de Dios en la tierra. ¿Y qué es lo que hizo principalmente? Después de haber sometido su voluntad obedeciendo a la santísima Virgen y a san José, trabajó continuamente por el prójimo, visitando y curando a los enfermos, instruyendo a los ignorantes para su salvación. ¡Qué felices sois, hijas mías, por haber sido llamadas a una condición tan agradable a Dios! Pero habéis de tener también mucho cuidado en no abusar y en trabajar por perfeccionaros en esta santa condición. Tenéis la dicha de ser las primeras llamadas a este santo ejercicio, vosotras, pobres aldeanas e hijas de artesanos. Desde el tiempo de las mujeres que servían al Hijo de Dios y a los apóstoles, no se ha hecho en la Iglesia de Dios ninguna fundación para este fin. (IX a pág. 34)

Reflexión:

En muchos momentos de la historia, la mujer ha sido minusvalorada; pero ya con San Vicente de Paúl, reconocemos un protagonismo especial, ha dejado a las mujeres frente al timón de la caridad. Santa Luisa y las Hijas de la Caridad no cumplen un papel secundario, sino es realmente importante, son ellas las que muestran la especial ternura hacia los pobres, ellas al igual que María la del Evangelio, han derramado su mejor ofrenda a los pies del maestro.

La sociedad actual ha dado más libertades y fuerza a la mujer, pero aún se percibe violencia de género, menos derechos e incluso países donde están sometidas al yugo de los hombres sin ningún tipo de beneficio. Las mujeres necesitan ser acogidas y acompañadas en su lucha por la verdadera dignidad, lejos de movimientos violentos que surgen hoy en día.

María porta ahora la fragancia del Señor y como ella, muchas mujeres de nuestra realidad llevan el mensaje de amor y paz de Jesucristo a sus familias, sus amigos y sus entornos. Muestran la calidez y ternura con la que Jesús rompió tantas barreras de indiferencia social, acogiendo a los más pequeños.

Preguntas:

• ¿Qué puesto ocupa la mujer en nuestro movimientos vicentinos o parroquiales?
• ¿Cómo percibimos ese liderazgo femenino en nuestra Iglesia?
• ¿Qué realidades hoy en día afectan a la mujer?

Gozos

“San Vicente de Paúl, enciende en nosotros el fuego de la caridad”

Fuego de la caridad, desde el campo a la ciudad,
como campesino o preceptor; de misionero a fundador.
La llama ardiente de tu celo, nos pone en la misión de quitar el velo
a los esclavos y a los afligidos, a quienes damos el Evangelio.

Tus hijos e hijas llevan con pasión tu heraldo,
en el firmamento luz ponderosa de tu amor nos guía
con la fuerza imperativa de amar sin miedo,
a quien sediento por la justicia corría.

En el horizonte nos invitas a fijar mirada,
amor efectivo reclaman los pobres;
que sea nuestra caridad inventiva y cimentada
para dar a Cristo en la tierra un mundo sin distinciones.

Padre de los pobres, predicador infatigable
del celo por las almas compártenos ejemplo;
para dar a los pobres testimonio fiable
que conduzcan al hombre a verdadero templo

¡El pueblo muere de hambre y se condena!
Urge llevar el pan con justicia,
que sólo por nuestro amor
los pobres nos perdonarán.

¡Oh Vicente de Paúl! Que no se halle en nosotros
un amor que sea subjetivo, ¡donativo debe ser!,
con el esfuerzo de nuestro brazos,
y en la frente el sudor, para dar a conocer al prójimo
el amor de nuestro Dios.

Misión y Caridad son las alas
que te llevaron al cielo,
a tu entrada, pobres y ricos te esperaban.
Gozosos tu hijos, mientras Cristo te coronaba
de laureles y santidad, padre y apóstol,
la Iglesia en ti se reflejaba.

Oración final al corazón de san Vicente de Paúl:

Oh Corazón de San Vicente que sacaste del Sagrado Corazón de Jesús, la caridad que tú derramaste sobre todas las miserias morales y físicas de su tiempo, alcánzanos de jamás dejar pasar a nuestro lado miseria alguna sin socorrerla.

Haz que nuestra caridad sea respetuosa, delicada, comprensiva, efectiva como fue la tuya. Pon en nuestros corazones una fe viva que nos haga descubrir a Cristo sufriente en nuestros hermanos desventurados.

Llénanos del celo ardiente, luminoso, generoso que jamás encuentre dificultad alguna en servirlos. Te lo pedimos, oh Corazón de Jesús por la intercesión de aquel, cuyo corazón no latía ni actuaba más que por impulso del tuyo. Amen

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