Me alegra compartir con ustedes que el pasado 28 de julio de 2019 me reuní con los líderes y promotores del grupo, para un encuentro de planificación y formación para, renovando su fervor, continuar con el Apostolado de difundir la devoción de la Medalla de Nuestra Señora de la Milagrosa entre las familias.

Tenemos 11 grupos, de 5 a 30 miembros en cada grupo. Tienen una estructura; tienen una junta de oficiales que dan seguimiento en cada uno de los grupos más pequeños.

Durante dos años nadie les ha ayudado o dirigido. No tenían sacerdote vicentino ni Hija de la Caridad. Pero esto no les impidió continuar su devoción a Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa y sus actividades y promoción de la devoción. Continuaron con la práctica de la Asociación de llevar una capilla de María a las casas y de rezar con la gente (Visita Domicilaria).

Pero extrañaban la presencia de las hermanas. En algunos de los barangay [término nativo filipino que designa una aldea o barrio] de aquí, en Filipinas, son casi todos los residentes son miembros de la Asociación. Son familias pobres. Y vivían muy lejos. Algunos de ellos y sus hijos son también miembros activos de la Sociedad de San Vicente de Paúl.

Mis primeros pasos para dar el plan de formación fueron darles de nuevo el trasfondo general de la asociación, la historia de la Medalla Milagrosa y las diferentes fiestas de la Santa Madre.

Tengo el privilegio de poder realizar visitas a domicilio, y ver cómo les va la vida. Compartimos la oración en su propio idioma/dialecto, para que todos los miembros de la familia oren juntos. La Santa Madre pasa la noche en una familia y es trasladada a otra familia para el día siguiente. En un mes, María visita a todos los miembros de un barangay.

Nuestro próximo encuentro de formación es el 8 de septiembre de 2019, fiesta de la Natividad de María. De hecho, en esta fecha del 8 de septiembre de 2019 me enteré por otra Hija que celebraremos el «Centenario de la Visita Domiciliaria Virgen Milagrosa en Filipinas».

Sister Carmela Vinluan, DC