¡¡Fuego!! ¡¡Fuego!! ¡¡Fuego!!
¡Estamos en ARDIENDO!
Nuestra hermosa Madre Tierra está ardiendo.
En todo el mundo se habla de los devastadores incendios que están ocurriendo en la selva amazónica, «los pulmones de la tierra».

Durante décadas, las mujeres y los hombres de ciencia nos han estado diciendo que estábamos en peligro de un calentamiento global catastrófico.
En nuestra arrogancia, los ignoramos.
Seguimos usando latas de aceite vegetal en aerosol con propelentes que matan el ozono.
Seguimos conduciendo enormes automóviles que consumen gasolina.
Y continuamos con una dieta no vegetariana.
En nuestra arrogancia, creíamos que éramos los amos de este universo, que podíamos seguir viviendo como quisiéramos, sin consecuencias.
Seguimos destruyendo nuestras hermosas montañas con lo absurdo del fracking y la remoción de la cima.
Seguimos usando pajitas, bolsas y envases de plástico, permitiendo que sean desechados en nuestros hermosos océanos, donde criaturas inocentes del mar han sido envenenadas y mutiladas por nuestra indiferencia.
Por nuestra arrogancia.

Afortunadamente para nosotros, no es demasiado tarde para cambiar la situación. Las mismas mujeres y hombres de ciencia nos están diciendo que todavía tenemos la oportunidad de redimirnos y salvar nuestro amado planeta. Es hora de tomarlos en serio. Tenemos la responsabilidad, para con nuestros hijos y nuestros nietos, de arreglar esto, de corregir lo que está mal y de dejar su casa tan hermosa, tan segura y protegida como sea posible. Les debemos esto.

El lunes 26 de agosto, Antonio Guterres, Secretario General de la ONU, hizo un llamamiento a los líderes del G-7 para que asuman un «firme compromiso», y dijo que «tenemos las herramientas para hacer frente a la emergencia climática, pero necesitamos más voluntad política». El Secretario General será el anfitrión de una Cumbre de Acción Climática el 23 de septiembre, en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York. Se espera que sea una discusión relacionada con un intento de frenar el ritmo de destrucción de los casquetes polares que se derriten, el aumento del nivel del mar, invirtiendo el aumento severo de la temperatura global. También oiremos que no es demasiado tarde. Sabemos que con cambios dedicados en nuestra vida diaria, la tasa de aumento de la temperatura global puede estancarse, incluso invertirse. Actualmente el aumento es de 3.c grados, los científicos creen que podemos trabajar para bajar la tasa, creen que podemos bajar por debajo de 2c, tal vez hasta 1.5c, que es lo que era antes de la revolución industrial.

La Sociedad de San Vicente de Paúl y toda la Familia Vicenciana saben de primera mano cómo el cambio climático afecta a las personas que viven en la pobreza a un nivel mucho más devastador que a las que viven con más recursos. Es un hecho que los pueblos indígenas, especialmente los que viven en la selva brasileña, sienten los efectos más personalmente que la gente urbana. En muchos casos, la gente urbana y suburbana no hace la conexión entre su estilo de vida y la crisis climática. Con la educación deberíamos poder ayudar a establecer esta importante conexión.

Podríamos empezar hablando de nuestra responsabilidad de cuidar la Tierra de Dios, la Madre Tierra. Como católicos practicantes que creemos en las enseñanzas de la Doctrina Social de la Iglesia, ya tenemos las herramientas necesarias para discutir este tema. Podríamos empezar mostrando nuestro compromiso individual utilizando botellas de agua reutilizables, bolsas de productos, bolsas de comestibles, etc.

Una vez más, es demasiado tarde, podemos ver los incendios en California y Brasil como nuestra última llamada de atención, ¡y tomárnoslo en serio!

Puede que estemos en un punto crucial, pero no es demasiado tarde para hacer cambios serios.

Pattie Hughes, SVdP