El quinto picnic tradicional con personas sin hogar se llevó a cabo el 18 de mayo de 2019. Participaron voluntarios, misioneros de la Congregación de la Misión, seminaristas y Hermanas de María. En este encuentro recordamos los picnics anteriores, y compartimos impresiones. Recordamos solo los momentos positivos, llenos de gratitud. El cante, el baile, la sabrosa comida, la amistosa comunicación, todo esto generó la atmósfera de un picnic. El padre Jan Trzop CM, Visitador de la Viceprovincia de SS. Cirilo y Metodio, proclamó la Palabra de Dios y nos ofreció una pequeña catequesis, que sirvió para acercamos aún más los unos a los otros.

Nos vienen a la menta aquellas palabras de la Biblia: «Fui forastero y me acogísteis». La fe nos da la gracia de aceptar a los «forasteros sin hogar» como personas que merecen respeto, atención, amor, como personas con las que compartir el tiempo y estar a su lado. A su vez, la comunicación con las personas sin hogar nos brinda, a nosotros los voluntarios, la oportunidad de corregir puntos de vista falsos sobre los necesitados, y de recibir alegría y gratitud de su parte. El amor es desinteresado, ese fue el conocimiento y la experiencia más importantes durante un picnic amistoso.

Sor Marta Meshko МС

Todos los años, en mayo, planeo un día para un picnic con las personas sin hogar. Sobre todo me gusta el ambiente que hay. Es muy amigable, muy cálido y muy alegre. Este año fue muy interesante cantar juntos, bailar, comunicarse. Es muy interesante descubrir el mundo de cada persona, que incluye momentos felices y también difíciles. Cada año, el picnic con nuestros amigos es realmente un gran regalo que calienta nuestros corazones con los recuerdos durante mucho tiempo. ¡Gracias a Dios por esta oportunidad de estar allí!

Yulia Shushkevych, voluntaria

Para responder a la pregunta de por qué hago un picnic con las personas sin hogar, he de mencionar los siguiente: lo considero la mejor manera de pasar el tiempo. Este es precisamente el lugar, el tiempo y la compañía que prefiero para este día. Nos da una oportunidad única para servir a las personas sin hogar. Probablemente necesito esto más que otros, porque sé que se puede realizar un picnic sin mi participación…
Esta vez fue un maravilloso picnic tradicional que todos estaban esperando. Los invitados vienen ya sabiendo lo que la gente los está esperando, que todo está preparado para ellos. Vienen verdaderamente como invitados con dignidad, que a veces no reciben en la sociedad.
La gente estaba abierta y feliz en la ocasión. Gracias a la buena organización y preparación de voluntarios, hermanas y padres, no hubo el alboroto ni el caos que a veces puede surgir del lado de los invitados por temor a que no haya suficiente comida, agua o respeto.

Veronika Lypivska, voluntaria