Prov 8, 22-31; Sal 8; Rom 5, 1-5; Jn 16, 12-15.
¡Qué admirable, Señor, es tu poder!
El evangelio nos invita a reflexionar sobre la experiencia de Dios en nuestra vida, y a ver cuánto se nota la presencia de Dios en lo que hacemos diariamente.
Así es la sabiduría de Dios, que por amor nos acompaña siempre, cada día de nuestra existencia, nos muestra aquello que debemos saber y conocer, para ir creciendo en entendimiento y comprensión de Él y del mundo. Tener la verdadera sabiduría divina nos llevará a que todo lo que pensemos, todo lo que digamos, todo lo que hagamos, todo lo que escribamos… sea inspirado por Dios, lo tenga a Él como fuente, origen y fin.
En el momento en que dejemos actuar a Dios en nuestra vida, podremos empezar a sentir lo admirable que es su poder, y su sabiduría será nuestro gozo y alegría.
¿Seré capaz de escuchar la voz de Dios y responderle confiadamente afirmando: hágase en mí según tu voluntad?
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Seminaristas del Seminario Mayor Vicentino de Tlalpan, Cd. de México
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