“Tengan valor; yo he vencido al mundo”
Hch 19,1-8; Sal 67,2-3.4-5 ac.6-7ab; Jn 16, 29-33,
El evangelio de Juan muestra claramente el cambio de actitud en el mensaje de Jesús, ya no habla en parábolas, ahora es el momento de revelarse de manera directa; al parecer los discípulos han comprendido el mensaje directo de Jesús, pero no en su totalidad. En el Evangelio, las palabras y las preguntas de los discípulos no son sólo de los discípulos, sino que en ellas afloran también las preguntas y los problemas de las comunidades. Son espejos, en los que las comunidades, tanto de aquel tiempo como de hoy, reconocen sus tristezas y angustias, sus alegrías y esperanzas. En medio de la incertidumbre, quieren encontrar en Jesús consuelo en la dificultad y paz en las angustias.
Jesús sigue siendo misterio y revelación. Trae para nosotros una buena noticia y nos pide ser fuertes. ¡Animo! Yo he vencido al mundo. Jesús anticipa la victoria, que será fuente de paz y de resistencia tanto para los discípulos como para todos nosotros.
¡Yo he vencido al mundo!
Con su sacrificio por amor, Jesús vence al mundo, la muerte, el dolor, el sufrimiento. Estamos llamados a participar con Jesús en la lucha, para participar también en su victoria.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Seminaristas del Seminario Mayor Vicentino de Tlalpan, Cd. de México
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