A continuación les ofrecemos un manifiesto firmado por la coordinadora nacional de la Familia Vicentina de Ecuador que, asumiendo los retos y esperanzas ante la dolorosa situación de algunos pueblos hermanos de Latinoamérica, desean contribuir con su oración y su apoyo en la solución de los conflictos que sufren.
Estimados hermanos de la Oficina Internacional de la Familia Vicentina:
La Familia Vicentina de Ecuador les envía un afectuoso saludo en el amor de Cristo, junto a nuestro de profundo sentimiento de solidaridad para con los hermanos de Nicaragua y Venezuela, por los grandes retos que atraviesan en los momentos actuales.
“Me presenté ante vosotros débil, tímido y tembloroso. Y mi palabra y mi predicación no tuvieron nada de los persuasivos discursos de la sabiduría, sino que fueron una demostración del Espíritu y del poder, para que vuestra fe se fundase, no en sabiduría de hombres, sino en el poder de Dios” (1 Cor 2, 1-10).
Porque la fe proviene del poder de Dios, de su amor que nos transforma, nos libera, nos otorga autenticidad, y destruye toda maldad de nuestro corazón y nos lleva a vivir en su gracia santificante.
Por amor a Jesús perseveramos en el desierto, en el amor al prójimo, reconociendo que Él es nuestro único Señor y Salvador. Como discípulos suyos estamos comprometidos con Él y en Él, asumiendo como propio el sentido que dio a su vida. Y, de esta manera, en unidad de oración, suplicamos ante el Santísimo para que nuestros pueblos hermanos alcancen la gracia y la paz que necesitan.
Oramos por los que sufren, por los que lloran, por los que se encuentran en silencio y no logran liberarse de las ataduras que les doblega, que les mantiene en la esclavitud, para que puedan trascender a una renovada vida.
Nuestro abrazo fraterno para cada uno de los hermanos de Venezuela, Nicaragua y de todos los pueblos del mundo entero. Nos acogemos siempre a la ternura de María Santísima, para que por su intercesión nuestra oración llegue ante su amadísimo Hijo.
¡Señor, que al escuchar hoy el clamor de tus hijos, acudamos diligentes en su ayuda “como quien corre a apagar un fuego”!
¡Bendecida Pascua de Resurrección!
Equipo coordinador de Familia Vicentina – Ecuador.
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