“¡Ánimo, Yo soy, no tengan miedo!”
1 Jn 4, 11-18; Sal 71; Mc 6, 45-52.
Gracias, Jesús, porque eres tú y estás cuando la barca de tus discípulos es combatida por las olas del mundo y del mal, cuando algunas tablas crujen y parecen romperse y otras están putrefactas o agujereadas, y la tormenta sigue y la noche nos envuelve.
Siempre necesitamos que vengas con nosotros, que te asomes desde el mar revuelto y nos digas de nuevo: ¡Yo soy, no tengan miedo!
Yo no sé cómo, pero me fio de ti y sé que Tú sacarás bien de nuestros males actuales como lo hiciste en otras ocasiones parecidas de la historia. Hoy nos pides especialmente que no tengamos miedo, que tú eres más fuerte que todos los tramposos de dentro y de fuera. Eres la quilla segura y fuerte que va de proa a popa y sobre la que se apoyan todas las partes resistentes de la barca.
Gracias, Jesús, “nosotros hemos creído en el amor que Dios nos tiene, Dios es amor, y el que permanece en el amor, permanece en Dios y Dios en él” y nada ni nadie puede contra tu amor, ni miedo, ni escándalos, ni traiciones, ni falsos discípulos.
“¡Yo soy, no tengan miedo!”
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Honorio López Alfonso, cm
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