2 Re 22, 8-13.23,1-3; Sal 118; Mt 7, 15-20.
“Por sus frutos los reconocerán”
Los cristianos no estamos llamados a ser incautos, simplones o manipulables. Jesús pide a sus seguidores ser maduros y razonables. En una ocasión exhorta a sus apóstoles a ser sencillos como las palomas y también astutos como las serpientes. En el evangelio de hoy nos recomienda tener cuidado con los falsos profetas. Nos pide aprender a discernir la verdad de la mentira, lo auténtico de lo falso. Y falsos profetas hay muchos.
Basta ver cómo tantos nos dejamos envolver por las falsas noticias (fake news) de las redes sociales, o por las cadenitas a veces tontas o tendenciosas del WhatsApp, o entregamos nuestro voto a políticos que prometen paraísos que sólo existen en su retórica interesada (por cierto, ¿ya decidiste tu voto?).
¡Qué fácil nos convencen de que con el nuevo teléfono (o perfume, o zapatos…) viviremos mejor y seremos más felices! ¡De que la macroeconomía va muy bien y que si no te alcanza para vivir con dignidad es sólo porque tienes una falsa percepción de la realidad!
“Por sus frutos los conocerán”, es el criterio de discernimiento que nos da Jesús. No por sus palabras, sino por sus hechos. ¡Quítales la piel de oveja y verás qué hay debajo!
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Silviano Calderón, cm
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