Jon 3,1-5.10; Sal 24; 1Cor 7, 29-31; Mc 1,14-20.
“Conviértanse, porque el Reino de Dios está cerca”
Después de que tomaron preso a Juan, Jesús fue a la provincia de Galilea y empezó a proclamar la Buena Nueva de Dios. ¡La prisión de Juan Bautista no asustó a Jesús! Vio en ella una señal de la llegada del Reino.
Y Jesús proclamaba la Buena Nueva de Dios que no solamente porque viene de Dios, sino que también y sobre todo porque Dios es su contenido. Él mismo, en la persona Jesús es esa Buena Nueva. Porque es Dios el único que responde a la aspiración más profunda de nuestro corazón. Cuatro expresiones llaman nuestra atención:
¡El plazo ha terminado! Su presencia en medio de la humanidad ha marcado un antes y un después en la historia de la humanidad.
¡El Reino de Dios ha llegado! La presencia de Jesús es la llegada del Reino. Él es la manifestación plena del reinado de Dios en el mundo. Quien tiene a Jesucristo tiene el Reino.
¡Conviértanse! Deja que la persona de Jesús y su proyecto de vida hagan el vuelco completo en tu vida para que seas una criatura nueva.
¡Crean en la Buena Nueva! Es decir, acepta la persona de Jesús y su evangelio como norma para tu vida. ¡Conviértanse! ¡Crean en la Buena Nueva!
¿Cómo está sucediendo esto en mi vida?
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Benjamín Romo Martín, cm
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