Is 35, 1-10; Sal 84; Lc 5, 17-26.
“…subieron a la azotea, lo descolgaron con la camilla a través de las tejas, y lo pusieron en medio, delante de Jesús”
Este pasaje me lleva a pensar en una frase de San Vicente de Paúl: “El Amor es creativo hasta el infinito”, ciertamente aquí no se refiere el parentesco o filiación de estos hombres con el hombre que llevan en la camilla, sin embargo, sí nos describe que no escatimaron esfuerzos con tal de procurarle al enfermo un encuentro personal con Jesucristo. Como dándonos a entender que muchas veces es simplemente un acto de humanismo el procurar acercar a las personas a Dios, ¡Cuánto más tendríamos que hacer con personas con las que nos unen lazos más fuertes!
El pasaje también nos dice que Jesús reconoce la fe de estos hombres y de ahí que le perdona los pecados al enfermo, no como condición, pero tal vez sí como intercesión de unos con otros, de cómo mi fe, alcanza de Dios gracias para quienes coloco en su presencia.
Que en este tiempo de Adviento nos demos la oportunidad de reflexionar acerca de qué tanto nos empeñamos por acercar a otros a Dios y si nuestra fe, es humilde, fuerte y operante, capaz de alcanzar gracias de Dios en favor de otros.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Catalina Carmona Librado, HdC
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