Is 63, 16-17. 19; 64, 2-7 Sal 79 1 Cor 1, 3-9; Mc 13, 33-37.
“¿Por qué, Señor, nos has permitido alejarnos de tus mandamientos y dejas endurecer nuestro corazón hasta el punto de no temerte?”
Hoy estamos celebrando el primer domingo de adviento, este tiempo que cada año la iglesia nos propone como preparación para la gran fiesta de la venida de nuestro Salvador
Jesucristo; una venida que ya se ha realizado y que se sigue realizando en la medida en que nos preparamos y nos disponemos para que esta suceda en nuestras vidas.
Y tal parece que el profeta Isaías nos ayuda a iniciar este tiempo retomando seriamente esta pregunta que puede ser para cada uno de nosotros un examen de conciencia: ¿Qué tanto me he alejado de los mandamientos de Dios? ¿Los conozco? ¿Qué tan endurecido está mi corazón?
¿Es indiferente o sensible a las diferentes manifestaciones de Dios? Realmente ¿temo contrariar su voluntad? Y como sociedad: ¿cómo responderíamos a estas mismas preguntas? ¿Qué nos refleja la realidad que vivimos?
Y después de reflexionar nuestras respuestas; retomemos con fe y esperanza el mensaje del profeta: “Tú sales al encuentro del que practica alegremente la justicia y no pierde de vista tus mandamientos”. ¡Señor ayúdanos a permanecer atentos y vigilantes!
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Catalina Carmona Librado, HdC
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