Ex 22, 20-26; Sal 17, 2-4. 47-51;1Tes 1, 5-10; Mt 22, 34-40.
Amarás al Señor, tu Dios y a tu prójimo como a ti mismo
La religión musulmana va creciendo cada día más. Hubo una discusión entre un sacerdote católico y un musulmán. Después de que cada uno hizo su presentación, el sacerdote pregunta al imán: “Por favor, entiendo que la mayoría de los musulmanes han declarado la Yihad (guerra santa) contra los infieles del mundo; de modo que matando a un infiel tiene asegurado un lugar en el cielo. Si así fuera, ¿puede usted darme una definición de infiel?”. El imán contestó con seguridad: “Son los que no creen en Alá y en su profeta Mahoma”. Yo repliqué ¿A todos los seguidores de Alá le ha sido ordenado matar a todo el que no es de su fe para poder así ir al cielo? ¿Es correcto?
La expresión de su cara cambió y vergonzosamente contestó: “así es”. Yo agregué: “tengo un verdadero problema tratando de imaginar al Papa ordenando a todos los católicos matar a todos los de su fe islámica”. Aquel hombre quedó mudo. “Y tengo problema con ser su amigo, porque –frente a usted– estoy amenazado de muerte” A mí Jesús me ordena amarlo para que yo vaya al cielo y quiere que usted me acompañe”. El permaneció en silencio.
Yo concluí mi intervención diciéndole: “o vivimos todo juntos como hermanos, o perecemos todos juntos como idiotas” (Martin Luther King).
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Benjamín Romo Martín, cm
0 comentarios