Col 2, 6-15; Sal 144 1-2. 8-11; Lc 6, 12-19.
“Se pasó la noche orando a Dios”
En diversas e importantes ocasiones nos hablan los evangelios de Jesús orante. 1.- Antes de la elección de los doce apóstoles(Lc 6, 12), en este evangelio que escuchamos hoy. 2.-Antes de la confesión de Pedro: “Estaba orando en presencia de sus discípulos y les preguntó, ¿quién dice lagentequesoyyo?(Lc 9, 18). 3.- Durante la Transfiguración: “Tomó a Pedro, a Santiago y Juan y subió a la montaña a orar, mientras oraba el aspecto de su rostro cambió y sus vestidos refulgían de blancos…” (Lc 9, 28). 4.- “Estaba él orando en cierto lugar, al terminar uno de los discípulos le pidió: Señor, enséñanos a orar…” (Lc 11, 1). 5.- En la oración del Huerto de Getsemaní: “Se separó de ellos, alejándose como un tiro de piedra, y se puso a orar de rodillas diciendo:“Padre, si quieres aparte de mi este cáliz, pero que no se haga como mi voluntad, sino la tuya” (Lc 22, 41). 6.- Jesús orará también en la Cruz: “Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen” (Lc 23, 34). Son momentos especiales, pero no son los únicos.
Somos seguidores del Jesús orante y actuante.“La oración –decía san Vicente de Paúl– es para el alma lo que el alimento para el cuerpo… el alma que no se alimenta de la oración, o que raramente la hace, se hará tibia, lánguida, sin fuerzas ni entusiasmo, sin virtud alguna, fastidiosa para los demás e insoportable para sí misma”. ¿En quién fijarnos, con quién hablar, a quién dar gracias, si no es al Dios que nos ama sin límites?
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Honorio López Alfonso, cm
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