Núm 13, 1-2.25; 14.1.26-30.34-35; Sal 105; Mt 15,21-28.
“Es cierto, Señor; pero también los cachorritos comen las migajas que caen de la mesa de sus amos”
El milagro que Jesús realiza en este evangelio, para con la hija de una mujer, se considera como un “arrebato” que una madre, de manera inteligente, audaz y humilde a la vez, se atrevió a arrancarlo del corazón de Jesús.
La madre que sabe dónde, cómo y con quién dirigirse para salvar a su hija, no le importa correr cualquier riesgo. Así es la madre de la niña que se encuentra poseída por un demonio que la atormenta.
Hoy en día se han “desatado” muchos demonios que poseen a las personas para alejarlas y separarlas del mismo Dios. En nuestros tiempos, existe un secularismo (*El secularismo es la ideología que quiere a separar a Dios de la vida pública y pretende «la sistemática eliminación de cuanto hay de cristiano»). Frente a esta ideología no podemos quedarnos cruzados de brazos, necesitamos, como la sirio- fenicia, acudir con constancia a Jesús.
Los demonios que nos “atormentan” hoy en día y nos roban la paz, requieren de nosotros la astucia, coraje, fe y atrevimiento según el ejemplo de la mujer del evangelio, para desterrar de nuestra vida y nuestro mundo, todo lo que nos separa o divide entre los hermanos.
Y tus demonios… ¿los tienes identificados?
¿Qué haces con ellos?
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Servando Sánchez Ayala, cm
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